El abono de los jueves de la OBC, con repetición en viernes y sábado, continuó con un rara mezcla que incluía al genio romántico de Chaikovsky y a dos maestros del siglo XX, Britten y Takemitsu. La velada comenzó con 'A Flock Descends into the Pentagonal Garden' de este último, una pieza breve cargada de imágenes y atmósferas; estrenada en 1977, alterna suaves ritmos con momentos de gran trascendencia, con un gran trabajo en las cuerdas y en la percusión. De Britten se interpretó el 'Concierto para violín y orquesta N° 1' contando para ello con la aclamada violinista rusa Alina Ibragimova, quien demostró gran virtuosismo y sentido dramático –espectacular en el 'Vivace'–, en una obra que lo exige. A ello unió acusado lirismo y un fraseo expresivo. La siguió sin mayores sobresaltos una OBC atenta y entregada a la que Kazushi Ono supo medir en cuanto a acción de conjunto.
En la 'Quinta Sinfonía' de Chaikovsky, Ono se movió a sus anchas, sacando brillo a las melodías, al acento rítmico y al conglomerado tímbrico con un discurso valiente y extrovertido y, por lo mismo, muy efectivo en la comunicación con el público. El conjunto respondió con entusiasmo y la trompa se lució en el segundo movimiento.