Ang Lee lleva toda está década experimentando con la imagen digital. Pero el director antepone las posibilidades que la moderna tecnología le brinda. Lo hizo en 'La vida de Pi', la famosa relación entre un joven y un tigre en una pequeña embarcación. La trama de aquel filme tenía más enjundia que la de 'Géminis', una peripecia entre el 'thriller' y la ciencia ficción bastante endeble y con algunas secuencias de diálogos totalmente prescindibles. El tema, en este último caso, está al completo servicio de la forma.

Parece, pues, que Lee relativiza el interés del argumento y hace primar las posibilidades de doblar y rejuvenecer digitalmente al protagonista de la película, Will Smith, ya que de clones humanos va el asunto. Es una tendencia que se está convirtiendo en hábito: también se rejuveneció con la misma técnica a Clint Eastwood en 'Mula', y en la inminente 'El irlandés', de Martin Scorsese, Pacino y De Niro son sometidos a idéntico 'lifting digital' durante parte del metraje.

El 3D de 'Géminis' es además ciertamente oscuro en las secuencias de acción en interiores, donde se vislumbran los cuerpos en conflicto antes que verlos realmente. Eso puede estar bien dada la confusión de identidades que hay entre el protagonista y su clonación rejuvenecida, pero más allá de la entretenida escena de la persecución con motos, tampoco le hace ningún bien a un relato que pese a su dominio del campo digital, no marcará tendencia alguna en este sentido