Mientras recrea los atentados de 2008 en la ciudad india del título - murieron más de 173 personas- 'Hotel Bombay' no intenta ofrecer reflexión política o social alguna. En realidad, funciona como una película 'slasher': nos ofrece violencia y brutalidad sin descanso para incomodarnos lo más posible y, sobre todo, para entretenernos y, aplicado a la recreación de una tragedia como aquella, el método resulta altamente problemático. E igualmente cuestionable, por condescendiente e incluso racista, es el arquetipo cultural que en última instancia parece defender: el del buen esclavo de piel oscura que muere protegiendo a su amo blanco.