La tercera película de Philippe Lesage continua la exploración de la juventud que el canadiense emprendió con su estupenda ópera prima, 'Los demonios' (2015). Narra en paralelo los respectivos despertares afectivos y sexuales de dos hermanastros adolescentes -él, en un internado masculino; ella, con una sucesión de amantes insatisfactorios-. De nuevo, Lesage demuestra su buen ojo a la hora de encontrar ángulos narrativos inesperados; y aunque sus retratos no son ajenos al dolor, la confusión y la crueldad, evita hábilmente caer en el miserabilismo o el sentimentalismo habitual en el cine sobre amores juveniles.