A la directora Catherine Corsini le interesa plasmar en pantalla historias amorosas siempre fracturadas por la condición de clase, género o la ética de los sentimientos. Lo demostró en 'Un amor de verano', ribeteada por la identidad sexual y la conciencia feminista, y lo acrecienta con 'Un amor imposible', en la que una chica de provincias se enamora de un intelectual burgués y arrastra hasta el fin de sus días una trágica incomprensión. Pero el filme se hace fuerte en la relación entre la protagonista y su hija, de la que surge una convicción férrea en la libertad y, de nuevo, la verdadera ética de los sentimientos.