Mientras acompaña a un chaval que intenta escapar junto a su descarriado hermano mayor de una panda de criminales, la ópera prima de los Baker trata de combinar el drama familiar y la aventura de ciencia ficción, y en sus manos la mezcla casa tan bien como una tapa de chistorra con chocolate. Peores aún, eso sí, son su deficiente desarrollo de los personajes -más propio de un piloto televisivo que de un largometraje- y su mensaje -que con un arma se soluciona cualquier problema-. Y, en última instancia, ninguna historia que incluye soldados alienígenas y fusiles láser y a James Franco sobreactuando debería resultar tan aburrida.