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El Tantarantana presenta 'El mal morir', una reflexión sobre la vida y la muerte

Narra la relación entre una mujer y su hermano, que padece un cáncer y se niega a seguir tratamiento

Pese a la apariencia de la trama, el mensaje es vitalista y apuesta por aprovechar al máximo los momentos

Marta Genís y Òscar Galindo interpretan a los dos hermanos.  / FIL VERMELL

La muerte es esa última etapa de nuestra vida sobre la que intentamos evitar pensar, eludimos afrontarla y preferimos creer que, aunque sea inevitable, ya llegará cuando toque y es mejor no darle demasiadas vueltas. Pero… ¿y si supiéramos que nuestra fecha de caducidad está muy cerca, que nos quedan apenas unos meses o días? ¿cambiaría nuestra actitud? ¿cómo reaccionaríamos? Todo ello intenta planteárselo una obra de pequeño formato que puede verse en la sala Àtic 22 del Teatre Tantarantana y cuyo título ya es bastante explícito: El mal morir.

Es un espacio reducido con gradas a ambos lados y capacidad para unas 40 personas y el escenario está ocupado por un mobiliario oculto por una sábanas que acaban siendo un sofá, una mesita, una mesa de comedor y cuatro sillas, todas ellas bastante antiguas. Está claro que nos encontramos en la casa de los padres de los protagonistas. Mientras suena la banda sonora que Danny Elfman compuso para Batman aparece el protagonista, un joven vestido con la camiseta del murciélago superhéroe que lleva una bolsa con bollería y un refresco familiar de cola.

La mujer intentará convencer a su hermano para que siga alguna terapia. / FIL VERMELL

La quimioterapia es la kriptonita

La llegada de su hermana nos desvela que padece una enfermedad mortal y ha decidido abandonar el tratamiento. Aficionado como es a los cómics cree que la quimioterapia es la kriptonita que está acabando con él y prefiere pasar sus últimos días sin someterse a más tratamientos que están minando su cuerpo. Ella intenta convencerle para que siga una dieta alcalina, que pruebe fórmulas milagrosas caseras con ingredientes naturales y lo único que consigue es arrancar las primeras sonrisas del público ante las combinaciones más absurdas. Sí, porque El mal morir es un drama como podemos deducir, pero también pretende introducir algunos elementos cómicos para destensar el ambiente.

FIL VERMELL / En la escena más alegre, los hermanos rememoran su infancia. / 

Su mejor amigo le recomienda que se vaya de fiesta pero él solo quiere que le vuelvan a hablar normal, sin sentir pena o compasión con cada frase y así llega el momento más entrañable en el que ambos hermanos rememoran sus recuerdos de infancia, desde el pijama de SuperRatón a la canción del Disco Chino y su estudiada coreografía. Son breves instantes de felicidad frente al desenlace inminente y el dolor de saber que la posibilidad de hacer o descubrir cosas nuevas… se acaba.

La situación provoca que la mujer reflexione sobre su propia vida. / FIL VERMELL

La muerte enseña a vivir

Duele también la visita al padre internado en una residencia y con problemas de memoria ¿cómo explicarle que su esposa está muerta y que su hijo se está despidiendo de él? ¿cómo preparar tu propio funeral? Frente a tanto drama, una luz emerge de entre las tinieblas, ya que la hermana descubre su propia insatisfacción y decide que la inminente muerte de su hermano le servirá para aprender a vivir más dignamente, a cambiar, a arriesgarse, a disfrutar.

Los hermanos visitan al padre en la residencia.Pie de foto / FIL VERMELL

Esta tragicomedia pretende hacernos reflexionar para degustar cada instante de vida, prepararnos para aprovecharla y aprender a vivir para también aprender a morir. Es una obra creada por la compañía Fil Vermell que también ha contado con el asesoramiento de personas que trabajan en el campo de las curas paliativas. La pareja formada por Adrià Olay (director) y Arántzazu Ruiz (ayudante de dramaturgia), que ya trabajaron juntos en Historia de mi huida La infanta terrible, cuenta con un reparto formado por el joven enfermo Òscar Galindo (Vagamundi, Pareja abierta), su hermana Marta Genís (Hard copy, Casa rural con encanto) y Ramon Garrido (Trampa per a ratolins, 12 homes sense pietat) que interpreta diversos personajes como el médico, el padre anciano o un ser misterioso que podría representar a la muerte y que también es ayudante de dirección . Una obra bienintencionada, correctamente expuesta y con un trasfondo más positivo y esperanzador de lo que aparenta. Un mal morir que nos enseña a bien vivir. 

'El mal morir'

Lugar:  Sala Àtic 22, Teatre Tantarantana (calle de les Flors, 22).

Horarios:  jueves a sábado (20 h.) y domingo (18.30 horas). Hasta el 19 de mayo.

Precio:  de 10 a 13 euros.

Más información:  www.tantarantana.com