EL REGRESO DE UNA CITA PIONERA

El tiempo se echa encima del festival Doctor Music, con la ubicación en el aire

El festival debería reinventarse en solo tres meses y medio si se confirman el veto administrativo a la celebración en Escalarre y el traslado a Montmeló

Vacas y terneros con flotadores en protesta por el veto de la ACA al festival Doctor Music, en un prado de Escalarre, este miércoles. / ACN

El poder energético de la Vall d’Àneu, con su benefactor influjo telúrico, no parece suficiente para garantizar el regreso del Doctor Music Festival, del 11 al 14 de julio, a su emplazamiento icónico en la localidad de Escalarre (Pallars Sobirà), que lo acogió en sus recordadas ediciones de los años 90. Fuerzas oscuras de la naturaleza y de la administración pública parecen haberse conjurado para complicarle la vida, sobre todo después de que la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) emitiera este miércoles un nuevo informe desfavorable a su celebración por el riesgo de que la zona pueda inundarse en caso de lluvia intensa.

Adelantándose a este pronunciamiento, Doctor Music hizo un comunicado en el que tachaba de "difícil" que el festival, con nombres confirmados como The Strokes, Greta Van Fleet, King Crimson, The Smashing Pumpkins y Rosalía, "pueda celebrarse en Escalarre este verano". La promotora lamenta que la ACA se acoja a una "exagerada interpretación normativa", añade que el valle "no se ha inundado nunca en verano (al menos, desde que se conservan datos)" y reconoce haberse visto obligada a considerar "ubicaciones alternativas".

Del Pallars al Vallès

La que tiene más números, el Circuit de Barcelona-Catalunya (Montmeló), posibilidad destapada por TV3, comporta "una excelente localización", si bien, asegura Doctor Music, en estos momentos "no hay ningún acuerdo firmado para trasladar el festival a Montmeló o a otra ubicación". Fuentes del circuito admiten que han mantenido conversaciones con la promotora pero puntualizan que no hay nada cerrado.

El informe de la ACA es el segundo, después del que emitió en noviembre y que ya advertía de la "inundabilidad" de las zonas de acampada y aparcamiento. Según señaló este miércoles Albert Alins, director general de Polítiques de Muntanya i del Litoral, el departamento de Territori ha mantenido hasta veinticinco reuniones con la promotora desde el 2017 "con la voluntad y perspectiva clara" de que la muestra pudiera llegar a celebrarse. Ahora, los cambios aplicados a la configuración del proyecto han resultado insuficientes, informa Carlos Márquez Daniel. Es en última instancia la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) la que deberá valorar si el peligro del que alerta Territori, a partir del informe de la ACA, es motivo suficiente para denegar el permiso de celebración del festival.

Tres años de planificación

El plan de reflotar el Doctor Music Festival viene de lejos: fue en junio del 2016 cuando se anunció su ‘reincarnation edition’. A tres años vista, un plazo inaudito para un festival. Con tanta antelación era imposible, como apuntó el director de la promotora, Neo Sala, tener atado a un cabeza de cartel, y Doctor Music confió en el poder de su marca histórica, su capacidad resolutiva y el aura mítica de la Vall d’Àneu con sus fuerzas magnéticas.

El pasado verano, el festival convertía la colocación de su primera piedra, un menhir de cuatro metros y 8.000 kilos, en un acontecimiento mediático y asociaba su destino a la ecología, la comida orgánica e incluso la geometría sagrada. Mover ahora la muestra a otro enclave reservaría, por tanto, notables retos a la organización no solo en materia de rediseño de la producción sino de concepto. Habría que ver si el "santuario de energías renovables", así habló Neo Sala de la Vall d’Àneu, es reproducible en otro lugar, o si el Doctor Music Festival reconstruye su producto realzando otros factores o valores. Todo ello, a tres meses y medio de su celebración.

Más de 50.000 personas

La premisa de Alins de que "la seguridad va por delante de todo" puede ser un escollo difícil para que el festival vuelva este verano a Escalarre, donde hasta ahora se ha previsto acondicionar un recinto para más de 50.000 personas, si bien la organización no ha dado cifras de venta de los abonos (a 140 euros los de dos días, 170 los de tres y 225 los de cuatro). El Circuit de Barcelona-Catalunya permitiría alcanzar esas cotas de aforo: en su hasta ahora principal experiencia con la música, el electrónico Daydream Festival (marzo del 2018), congregó a 60.000 personas según la organización.

Salvar obstáculos forma parte, en cualquier caso, del historial del festival desde sus primeras ediciones (de 1996 a 1998), cuando Neo Sala se cansó de reclamar mayores complicidades de las administraciones. Aunque entonces los números no llegaran a cuadrar como se esperaba, el Doctor Music Festival se adelantó a los tiempos con sus contornos de gran acontecimiento, sus carteles de altos vuelos (David Bowie, Lou Reed, Bob Dylan y un abrumador etcétera) y su sofisticado despliegue de producción. Un bagaje con el que disponerse a poder con todo, aunque esta vez contra reloj.