Sorprendentemente, la jueza de la Corte Suprema de Estados Unidos Ruth Bader Ginsburg (RGB) se ha convertido en un icono pop, y este ramplón 'biopic' intenta afianzar ese estatus. Mientras relata el ascenso profesional de su heroína, la película esta demasiado ocupada ensalzando su brillantez como para molestarse en presentarla como un verdadero ser humano; el único defecto de esta versión de RBG es que es demasiado perfecta y, en ese sentido, resulta irónico que el retrato de una mujer que ha dedicado su vida a combatir dogmas haya sido diseñado para anular todo pensamiento crítico. Un dato: su guionista es Dan Stiepleman. sobrino de la jueza.