La cartelera de cine se renueva a una velocidad vertiginosa. Los grandes títulos norteamericanos acaparan las pantallas y no dan siquiera tiempo a que los espectadores que tienen otros gustos descubran filmes menos publicitados pero más interesantes. Ni siquiera las salas dedicadas al cine de autor son una garantía de que los aguanten unas semanas. Y así nos encontramos con ejemplos como La quietud, un interesante drama argentino que aún no llega a las dos semanas de exhibición y tiene todos los números para abandonar los cines en breve. Y es una lástima…
Es la nueva película del realizador Pablo Trapero (El Clan), un drama femenino protagonizado por su mujer en la vida real, Martina Gusman (con la que ya rodó Elefante blanco y Carancho), Bérénice Bejo (The artist, en su primera película en su Argentina natal), la veterana Graciela Borges (El espejo de los otros, La ciénaga) y Edgar Ramírez (Carlos, El asesinato de Gianni Versace). Un reparto de primera.
Es la primera película que Bérénice Bejo rueda en su país natal.
El reencuentro de dos hermanas
La Quietud es el nombre de una gran finca que regenta un anciano patriarca que, tras ser reclamado por la justicia, enferma y entra en coma. Su hija mayor, que vive en Francia, vuelve a casa donde se reencuentra con su hermana, a la que adora, y su madre, a las que anuncia que está embarazada. La llegada de su pareja y una serie de acontecimientos posteriores provocarán que los secretos familiares salgan a la luz.
La llegada de la pareja de una de las hermanas altera las reglas del juego.
Es un drama centrado en las mujeres, en la estrecha relación que mantienen las dos hermanas pese a la distancia y en la tensa enemistad entre la pequeña y la madre. Las tres protagonizan espléndidas interpretaciones. Curiosamente, las dos protagonistas jóvenes guardan un cierto parecido físico lo que cuadra perfectamente con el hecho de que sean hermanas en la ficción.
Recursos técnicos y metáforas
A nivel técnico, la película se inicia con un plano secuencia en el que la recién llegada recorre la casa y nos damos cuenta de que se trata de una familia acomodada. Este recurso volverá a utilizarlo en una escena en una iglesia que será el punto culminante del filme. En la casa, en algunas ocasiones, se va la luz, una metáfora de que algo está acabando, es el fin de una época.
La relación de la madre (Graciela Borges) con una de sus hijas es muy tensa.
El regreso de la hija provoca que rememoren muchos momentos del pasado pero también que las viejas heridas vuelvan a abrirse. Igualmente esconden sus amores furtivos y el espectador intuye que todo está a punto de estallar. Tras una primera hora de planteamiento, dedicada a conocer a los personajes y descubrir su intimidad, en la segunda hora todo empieza a cobrar sentido al desvelarse sus secretos.
La sexualidad femenina al descubierto
Es una película de mucha piel y en la que se trata sin tapujos la sexualidad femenina y habla básicamente del amor incondicional entre dos hermanas pero también tiene otros subtemas más profundos como la herencia de la dictadura argentina.
La acción de la película transcurre en una finca denominada La Quietud.
Los amantes de la música también disfrutarán con su banda sonora repleta de canciones como el Amor completo de Mon Laferte, una versión de People de Aretha Franklin o Le rempart, de Vanessa Paradis. Todos estos elementos concurren en esta película enigmática, sincera y conmovedora que vale la pena descubrir, aunque los datos de taquilla parezcan condenarla al olvido.
'La quietud'
Director: Pablo Trapero.
Reparto: Martina Gusman, Bérénice Bejo, Graciela Borges y Edgar Ramírez.
Horarios: ver cartelera.
Más información: www.wandafilms.com