OBITUARIO

Muere Jordi Grau, amigo de Fellini y cineasta del destape

Realizó alguno de los filmes más notables de los 60, como 'Noche de verano', así como el título oficial del destape, 'La trastienda'

Jordi Grau. / EL PERIÓDICO

Fallecido este miércoles en Barcelona a los 88 años, Jordi Grau es uno de esos cineastas necesitados de una revisión. Es fácil decir eso al escribir un obituario, en el que casi siempre se realzan los aspectos positivos del artista fallecido y se difuminan los negativos. Pero Grau, que siempre firmó Jorge Grau, fue un director importante, desde una perspectiva histórica, en el cine español de épocas tan complejas como los años 60 o la transición democrática. No es cuestión de reivindicarle, sino de poner las cosas en su justo sitio.

Hay tres hitos fundamentales en la filmografía del director, que fue amigo personal de Federico Felllini y del crítico cinematográfico José Luis Guarner. En 1985, Fellini vino a Barcelona para presentar, en el marco de la Semana Internacional de Cine de Barcelona que dirigía Guarner, el libro 'Fellini desde Barcelona', editado por Grau, en el que se traza la relación entre la estética felliniana y la de la ciudad.

La Escuela de Barcelona

El primero de esos hitos aparece en el contexto de una tendencia cinematográfica de la que Grau fue un compañero de viaje, la Escuela de Barcelona. En 1962 debutó con 'Noche de verano', filme protagonizado por Francisco Rabal en el que, conectado con una cierta tradición del cine italiano de la época, narra las relaciones entre diversos personajes durante la noche de San Juan. Descubrí esta película muy joven, por televisión, precisamente en casa de los padres del sobrino de Grau, Ferran Grau, y ya entonces, imbuido también de una relación afectiva especial hacia la película, no entendí por qué una propuesta de estas características no había alcanzado el mismo relieve que otros filmes rodados en Barcelona en la misma época.

Grau continuó realizando productos a contracorriente en el cine catalán de aquella década, como 'El espontáneo' (1964), sobre el mundo taurino, 'Acteón' (1967), su propuesta más experimental, y 'Una historia de amor' (1967), su filme más conectado con la Escuela de Barcelona al estar protagonizado por Serena Vergano y Teresa Gimpera. Tras ser despedido del rodaje de 'Tuset Street' (1968), retrato de la Barcelona más 'in' de los 60 interpretado por Sara Montiel y terminado por Luis Marquina, aparece el segundo hito en su obra.

Zombis de culto

Este no es otro que el filme de género, tan repudiado por la inteligencia crítica en aquellos años. Grau dirige en coproducción italiana 'Ceremonia sangrienta' (1973) y 'No profanar el sueño de los muertos' (1974). La primera recrea el mito de la condesa Bathory, que se bañaba en la sangre de sus víctimas vírgenes, mientras que la segunda es hoy un film de culto de zombis, mejor ponderada fuera que aquí.

María José Cantudo, en 'La trastienda', de Jordi Grau.

El tercer hito es inmediato, y atañe al denominado cine del destape: 'La trastienda' (1975), filme en el que se registra el primer desnudo integral femenino (de María José Cantudo) y que cuestiona la influencia del Opus Dei. Grau incidirá en esa línea de apertura con títulos como 'La siesta' (1976), 'Cartas de amor de una monja' (1978) o 'Coto de caza' (1983). Su última película fue 'Tiempos mejores' (1994), ambientada en el viejo El Molino barcelonés, tan querido por Fellini.