'Ana y el apocalipsis' es una película resultona pero algo insatisfactoria en su mezcla de cine adolescente, comedia musical y relato de muertos vivientes. Hacer comedias o musicales de cualquier tema es completamente lícito: ya existe un musical de un pequeño clásico del género fantástico, 'La pequeña tienda de los horrores'. Y es también arriesgado si no se da con el tono preciso, sobre todo en el maleable cine de zombis. 

El escocés John McPhail sale airoso en muchos momentos, pero hay en la película un exceso de números cantados en plan ópera rock que no hacen avanzar el filme, sobre todo argumentalmente, y una redundancia en el efecto gore, siempre más cómico que tétrico. El resultado es mejor cuando las preocupaciones de los adolescentes se funden con esa pandemia que anuncia el fin del mundo tal como lo han conocido.