Es curioso, Stephen.

Cuando me ha llegado la noticia de que te has ido, se me ha encogido el estómago y me ha invadido la tristeza.

No puedo echarte en cara que no avisaras, la verdad, porque hace algo más de año y medio hiciste público que padecías ELA (esclerosis lateral amiotrófica) y dijiste que trabajarías en tus pasiones mientras te fuera posible.

Una de tus pasiones era 'Bob Esponja', como todos sabemos.

La serie que creaste hace casi 20 años y que, de alguna manera, cambió mi vida. La mía y la de tantos otros.

Es curioso, Stephen... quién iba a decir hace casi 20 años que iba a tener el honor de ponerle voz a una de tus maravillosas creaciones, Patricio Estrella.

La primera vez que ví 'Bob Esponja' fue cuando hice el cásting para ponerle la voz a Patricio, en Cinearte, un mítico estudio de sonido y postproducción de televisión, cine y doblaje, por desgracia ya desaparecido.

Es curioso, Stephen.

Cuando observé aquellos dibujos animados de colores chillones y ese queso de gruyere, que es lo primero que pensé que era BobEsponja, no entendía nada.  ¿Dices que es una esponja de mar?,  preguntaba escéptico. ¿Y el mío, es una estrella de mar, en serio? Era algo totalmente diferente. Muy original. Incluso raro.

El destino me tenía reservado a Patricio, estaba claro. Con los días y según doblábamos capítulos comenzamos a darnos cuenta de que estábamos participando de algo grande. Una receta infantil aderezada con grandes dosis de LSD que, y esto es lo mas importante, era auténtica. Absolutamente única. Que brotaba del corazón sin censuras.

Nos has regalado un universo maravilloso, Fondo de Bikini. Y a mí, la oportunidad de hacer sonreír a miles de niños y adultos, no solo con la propia serie, sino con los cientos y cientos de audios, notas de voz y mensajes que he mandado a niños que durante días no han dejado de sonreír porque han hablado con Patricio Estrella. Recuerdo especialmente a un niño, que estaba muy malito, Patricio estuvo hablando con él y consiguió dar color a una realidad muy oscura. Gracias de corazón, Stephen, porque todo ello ha sido gracias a tu creación.

Es curioso, Stephen.

Porque en estos casi veinte años en los que he tenido el privilegio de estar en la piel de tan fantástico personaje, también, capítulo a capítulo, secuencia a secuencia, he estado en tu piel. He estado en tu cabeza, o mejor dicho, en las creaciones que salían de tu cabeza. He conocido tu mundo muy de cerca, Stephen, y por eso tengo la sensación de que se ha ido un amigo. Y un genio.

Un puto genio.