Kate Green murió a causa del cáncer de mama en 2010, no sin antes elaborar una lista de consejos vitales e instrucciones para el futuro de su esposo y sus dos hijos. Mientras recrea su historia, 'Cuando yo no esté' intenta conmover a toda costa, pero su capacidad de impacto emocional se ve torpedeada tanto por la tosquedad de su sentimentalismo y la previsibilidad de su narración como por esos engorrosos 'flashbacks' que recuerdan el noviazgo y la vida matrimonial previa de la pareja. Y sus personajes son demasiado buenos –demasiado devotos, demasiado estoicos, demasiado sensatos— como para resultar creíbles.