CRÓNICA

Caetano Veloso, ofrenda familiar en Porta Ferrada

El cantautor brasileño compartió canciones con sus hijos Moreno, Zeca y Tom en un recital cálido y lleno de complicidades en Sant Feliu de Guíxols

Caetano Veloso, en el festival de Porta Ferrada / ACN / GERARD VILA

Las vidas se extinguen pero son relevadas por otras y la música sigue su curso de voz en voz: algo así nos quiso decir Caetano Veloso en su recital de este sábado en Porta Ferrada, una alianza con sus tres hijos y una celebración de los vínculos de familia. Un cancionero servido en ofrenda a la recordada madre del patriarca, Claudionor, que vivió hasta los 105 años, y un concierto que el festival quiso a su vez dedicar a otra figura añorada, el compañero de este diario y periodista cultural César López Rosell, que nos dejó inesperadamente este jueves.

Abrir con ‘Alegria, alegria’, canción de Veloso padre de 1967, fue un indicador del tono amable de la noche, si bien el repertorio, que siguió más o menos de reojo el guion del reciente disco ‘Ofertório. Ao vivo’, transitó diversos estados anímicos al tiempo que fue desplazando el foco de un músico a otro con gran naturalidad. Ahí estaban el ya reconocido Moreno Veloso, con su voz cercana a la de Caetano, que presentó piezas propias como la mágica ‘Ninguém viu’; Zeca a los teclados y a la voz en obstinado falsete, y el más discreto de los tres, Tom, que al estilo de los grandes tímidos sorprendió marcándose un vistoso baile en una pieza electrónica, ‘Alexandrino’.

Cautivadora sencillez

Los cuatro Veloso, sin músicos de apoyo, valiéndose de guitarras y panderetas, cantando y silbando, y recordando que las canciones más sencillas pueden mover montañas, como esa ‘Oração ao tempo’ que bordó Caetano. Repertorio rico en pistas autobiográficas compartidas, con partituras que cambiaron de mano y algunos  títulos referenciales del patriarca: ‘O leãozinho’, una sobrecogedora ‘Força estranha’ y, en los bises (que abrió ‘Noche de ronda’ en la voz de Moreno), una ‘A luz de Tieta’ coreada enfáticamente en el Espai Port. Canciones que sugirieron que, si bien Caetano desea ahora fundirse con sus hijos, talentos como el suyo son prodigios irrepetibles.