'Un mar de líos' (1987) era una comedia romántica más bien inepta que aun así alcanzó cierta notoriedad exclusivamente gracias a la atracción mutua que en ella derrochaban Kurt Russell y Goldie Hawn. En ningún caso era una película que necesitara un remake, y menos uno como este. 'Un mar de enredos' es más tosca y más sensiblera que su predecesora, y la química entre sus protagonistas es inexistente. Y los cambios cosméticos aplicados a la historia original para corregir sus regresivos valores no impiden que también la nueva película –más por despiste que por mala idea— acabe justificando el secuestro y la explotación psicológica como medio para construir una unidad familiar.