ENTREVISTA

Travis: "La música ha de ser tu verdad"

El grupo pop escocés recupera en su integridad 'The man who', su exitoso disco de 1999, mañana en Razzmatazz, como parte del ciclo Room Festival

Travis, con Fran Healy en primer plano

La banda pop escocesa se apunta a la tendencia de recuperar discos enteros sobre el escenario. Este lunes, día 4, recuperan su exitoso 'The man who' de 1999 en Razzmatazz (21.00 horas), en el marco del Room Music Festival. Hablamos con su líder Fran Healy.

Su último álbum, 'Everything at once', data del 2016. No sé si piensan presentar material nuevo en el concierto de este lunes.

No lo sé. Tenemos un par de nuevas canciones. Lo más importante que hemos hecho en el último año y medio es una película sobre el grupo ['Almost fashionable: A film about Travis']. En el documental hay un nuevo tema. Puede que lo toquemos, pero no estoy seguro.

¿Es cierto que ese último disco pudo ser su despedida?

Puede ser difícil para una banda mantenerse unida y con ilusión cuando lleva tocando 26 años. Es como un matrimonio entre cuatro tipos. Muy pocas parejas casadas duran tanto. Sin embargo, acabar ese disco nos acabó haciendo fuertes; tuvimos la sensación de cerrar un ciclo y empezar otro. La gira por Reino Unido fue muy bien. E incluso logramos sonar en la radio, algo que últimamente había sido difícil.

¿Cómo surge la idea de recuperar 'The man who' en su integridad?

Nos hacía ilusión volver a este gran disco que hicimos hace muchos años. Todos estamos entusiasmados. Es como proyectar una película: pasamos la película entera, en lugar de solo pequeños fragmentos; una escena detrás de otra, como corresponde, en lugar de 'Why does it always rain on me?' seguida de una escena de otra película.

Ha comentado que el último disco funcionó muy bien en la radio. Eso es algo sorprendente porque, en lugar de moverse al ritmo de las modas, ustedes han seguido fieles a su ideal: canciones pop cuidadosamente compuestas, con estribillos que son algo más que una sola línea repetida. Algo casi radical ahora mismo.

Algo anacrónico, eso seguro.

Pero no en un mal sentido.

Hay algo que nunca he comprendido y es la fijación de las bandas por ajustarse a cierta idea de relevancia. Bandas históricas de los 60 y 70 se desesperaron por ajustarse a las modas de los 80. Y no funcionó. ¿Por qué no limitarse a ser uno mismo y hacer tu historia como siempre la has hecho? La música ha de ser tu verdad. Tiene que ser la expresión más verdadera de ti mismo que puedas dar en cada momento.

Hay una cierta nobleza en insistir en tu historia.

No hacerlo me parece extraño. Es como si yo llegara a esta entrevista con un acento americano o londinense [en lugar de uno marcadamente escocés]. ¡Nooo! ¿Por qué iba a hacer eso, a menos que estuviera mal de la cabeza?

¿Es difícil hacer pop cálido, acogedor y luminoso en días turbios como los que vivimos?

Es casi más fácil. Es más fácil hacer canciones cuando te pasan cosas malas. Salen a borbotones. Ese cliché es real. Mi vida se ha vuelto casi demasiado agradable. No me pasan cosas graves a nivel emocional. Y no es que quiera que me pasen, cuando pasan, se abre una presa y la emoción y la melodía fluyen salvajemente.

¿Y las cosas que pasan en el mundo, no afectan?

El mundo se está inclinando a la derecha, por desgracia, pero creo que eso no afecta a las canciones. Las canciones son expresiones maravillosas que vienen de otra dimensión. Y no es una dimensión terrenal.

¿Cree más en la inspiración que en el trabajo duro?

Componer es un trabajo duro, desde luego. Tienes que apartar tu ego y hacer letras y melodías de mierda sin cesar hasta que las cosas se vuelvan interesantes. Yo necesito estar en un lugar donde nadie pueda oírme, un sitio tranquilo, pero tampoco mucho. Al lado de mi casa de Los Ángeles han empezado a hacer obras y no tengo problemas. Me cuesta más cuando creo que alguien está oyendo. Es como ir a un lavabo público y hacer pis al lado de otra persona.

¿Por qué decidió irse a vivir a Los Ángeles? Viví con mi familia en Berlín durante nueve años, y quisimos empezar una nueva aventura. Seguramente estaremos en L.A. otros nueve años y después iremos a otro sitio. ¡Lo esencial es tener buen tiempo, no como en Glasgow!