tú y yo somos tres

Felipe González: "No voy a TV-3, me usarían como excusa"

Felipe González.

Cuatro años después de aquel cara a cara que propició Jordi Évole entre Felipe González y Artur Mas, el expresidente socialistaha regresado a Salvados (La Sexta). En esta ocasión ha ido él solo, en un mano a mano con Évole, y Catalunya como tema. ÉvoleLos analistas políticos de este diario ya han peinado, y peinarán, las aristas de la conversación, cuando González se refirió a Junqueras, a Puigdemont, al procés, al juez Llarena, al gobierno de Rajoy, etcétera. A mí me toca pespuntear ese instante estrictamente televisivo, cuando Évole le preguntó por TV-3, y respondió: «En TV-3 hay que recuperar el equilibrio democrático de una TV pública que pagamos con el dinero de todos. TV-3 debería regirse por los mismos criterios que se regirá TVE dentro de dos meses: con una mayoría parlamentaria de dos tercios como mínimo», y repreguntado acerca de si aceptaría ir de invitado a TV-3, añadió: «He sido invitado, pero no voy, porque a veces uno se resiste a servir de excusa».

¡Ah! Del primer tema, sobre TVE, humildemente discrepo. No comparto la esperanza, y menos la certeza, de que dentro de dos meses TVE abandonará la desinformación, la manipulación, y su acreditado sello de agentes publicitarios del Gobierno y del PP. Quizá Felipe González está ilusionado porque en junio/julio acaba el mandato del actual presidente de RTVE, y porque supone que la propuesta de la oposición, exigiendo cambiar el sistema de elección de presidente de la corporación, va a tener éxito. Ojalá tenga razón, pero me temo que mientras el PP mantenga el rodillo en el Senado, seguirán teniendo a su servicio a TVE.

Su percepción de TV-3 es más suculenta. Cuando dice que hay que recuperar su equilibrio democrático, acierta. Ya hace tiempo que vengo advirtiendo que no hay que intervenir TV-3, lo que hay que hacer es refundarla para que deje de ser una cadena privada al servicio de solo una parte del todo; la parte impulsora del procés. También parece sensata su resistencia a la invitación de TV-3. «Me usarían como excusa», advierte. Dicho de otro modo: teme ser utilizado como pintoresco discrepante, incrustado y rodeado de comulgantes devotos, para dar la falsa sensación de pluralismo. En efecto, eso sería como meter a un ateo en una misa, en un templo lleno de feligreses, y pretender que se ponga a cuestionar la existencia de Dios.