Dentro del imaginario vasco, las guerras carlistas siguen produciendo monstruos. Tanto en Handia como en Errementari (El herrero y el diablo) los protagonistas venden su alma al demonio (cada uno a su manera) y tienen que cargar a cuestas con su condena. Las dos parten de la realidad para terminar introduciéndose en el fantástico utilizando para ello la mitología vasca. Y mientras Handia utiliza un tono fabulador y poético, Errementari se atreve con el terror más juguetón que entronca con la serie B más desprejuiciada. Quizás la mayor hazaña de Paul Urkijo Alijo sea atreverse a materializar ideas bastante locas sin miedo a caer en el ridículo, porque son precisamente las que terminan por singularizar la propuesta.