Roberto Sneider adapta 'Ciudades desiertas', de José Agustín, en la que el autor desenmascaraba las típicas actitudes del macho latino para, a partir de ahí, intentar introducirse en la sensibilidad feminista. Un hombre acostumbrado a ejercer su dominio sobre su mujer, y una mujer que, cansada de ese yugo, decide tomar las riendas de su vida. Sin embargo, la película ofrece un discurso tan contradictorio que termina resultando muy ambiguo, justificando aquello que pretendía denunciar. Puede que sea un problema de tono o de punto de vista: siempre desde la mirada de un Gael García Bernal que se muestra demasiado adorable para un papel mucho más complejo de abordar que a través de una sonrisa.