'El extranjero' transcurre en un universo paralelo en el que el IRA sigue siendo una amenaza terrorista, y para justificar esa premisa recurre a un insólito enrevesamiento argumental. Lo que debería ser un sencillo 'actioner' inspirado en 'Acorralado' y 'Venganza' -sobre un inmigrante que se toma la justicia por su mano contra los tipos que mataron a su hija- se ve complicado por laberínticas intrigas y conspiraciones políticas. Convertido en secundario de su propia película, Jackie Chan protagoniza unas pocas escenas de tortas –y una en la que, sorpresa, rompe a llorar— mientras Pierce Brosnan pasa la mayoría de las suyas contemplando la chimenea, pimplando whisky y blasfemando a gritos.