He aquí una película dirigida y protagonizada por mujeres que no pasaría el test de Bechdel. Y es que no encontramos en la ópera prima de Solange Cicurel ni un solo diálogo entre los personajes femeninos que no gire en torno a los hombres y a la dependencia emocional que sienten hacia ellos. La directora termina cayendo en los tópicos acuñados por la mirada masculina para describir a esas cuatro mujeres caprichosas e inseguras cuya felicidad parece circunscribirse a la búsqueda del amor. El resultado es una comedia romántica un tanto cuestionable desde el punto de vista femenino que funciona gracias a la chispa de sus magníficas actrices.