Una intensa agitación reina en el Teatro Goldoni de Bagnacavallo, localidad de la provincia italiana de Ravenna. El prestigioso director y clavecinista Ottavio Dantone y la Accademia Bizantina se disponen a interpretar una selección del doble CD que acaban de grabar en este precioso y recogido espacio del siglo XIX. Durante el concierto, ofrecido en exclusiva para la prensa internacional, desgranarán una selección de los 'Concerti per archi' y la integral de los 'Concerti per viola d’amore' de Antonio Vivaldi. Este disco forma parte de la reanudación del gigantesco proyecto que el sello Naïve inició en el 2000 para rescatar la colección masiva de 450 manuscritos autógrafos del compositor veneciano depositada actualmente en la Biblioteca Nacional de Turín.

La denominada 'Vivaldi Edition' fue interrumpida en el 2015 por problemas financieros de la compañía francesa, ahora renacida dentro del grupo Believe. Las obras de este catálogo discográfico proceden de la más grande colección de partituras que existe del compositor de las populares 'Las cuatro estaciones' y es uno de los trabajos de recuperación de música barroca más importantes del siglo XXI. Es impresionante la cantidad de música instrumental que reúne, con casi 300 conciertos para uno o varios instrumentos, cantatas, motetes y 15 óperas completas. En su primera etapa ya se habían editado 54 de los 79 discos previstos para completar el proyecto.

Partituras malvendidas

Estas obras, la mayoría inéditas, procedían del fondo que el propio Vivaldi tenía en su casa de Viena antes de morir en 1741 a los 63 años. El también denominado 'Il Prete Rosso' (por su condición de sacerdote y pelirrojo) había decidido abandonar Venecia en sus últimos años de vida para encontrar una mejor acogida, sobre todo a sus óperas, en la capital austriaca. Para financiarse el viaje, malvendió muchas de sus partituras, algunas de las cuales han sido recuperadas por mecenas para incorporarlas a la magna colección turinesa.

Hasta hace dos años, Naïve  había colocado 800.000 copias del proyecto en el mercado.  Entre los artistas que han participado en las grabaciones de este legado del compositor italiano más grande de su tiempo figuran nombres como Giovanni Antonini, Rinaldo Alessandrini, Jordi Savall, Jean Christophe Spinosi y el citado Dantone, además de cantantes como Philippe Jaroussky, Sandrine Piau, Magdalena Kozenà o Sara Mingardo, entre otros.

Todos ellos han participado en el proyecto concebido por el musicólogo italiano Alberto Basso. Para dar una dimensión real de lo que significa esta apasionante aventura basta recordar que Vivaldi compuso durante su existencia cerca de 800 obras, entre las cuales hay 46 óperas y 554 piezas instrumentales. La nueva etapa de este maratón, anunciada en Bagnacavallo, sede de la Accademia Bizantina, se iniciará este mes con el lanzamiento del álbum número 55 de la colección: la ópera 'Dorilla in temple', dirigida por Diego Fasolis.

Las breves piezas del concierto dirigido por Dantone llegan a los asistentes con la misma calidad que las que se registran en estudio, gracias a la acústica del teatro. Es Vivaldi en estado puro y con un sonido muy compacto, tal como le gusta al líder del 'ensemble' italiano. La Accademia Bizantina será la principal protagonista de esta etapa, porque, además del doble CD (6 de abril del 2018) con los citados conciertos, en los que brilla el espectacular viola Alessandro Tampieri, volverá en octubre con la ópera 'Il Giustino' interpretada por un gran reparto, en el que figura la contralto francesa Delphine Galou. El grupo grabará en el 2019 un programa de música profana y sacra del compositor con la mencionada cantante. En medio, Fabio Biondi y Europa Galante y Sergio Azzolino y L’Onda Armoni dejarán su huella en la colección.

Este avance demuestra la ambición del proyecto. En cuanto a la reciente grabación, Dantone explica que "los conciertos son pequeñas miniaturas musicales de 6 o 7 minutos, cada una con un historia que contar pero con el estilo Vivaldi muy reconocible". Son piezas vitalistas, llenas de contrastes armónicos y sugerentes melodías. Se trata, dice, de "infundir una nueva vida a esta música para que vuelva a entusiasmarnos". Palabra de un maestro en el repertorio barroco.