A partir de una historia de ficción trabajada con la naturalidad de documental, sin forzar nunca las situaciones y los contrastes, y de un excelente trabajo con actores no profesionales, la realizadora argentina Anahí Berneri realiza con Alanis un retrato directo de la vida cotidiana de una joven prostituta y su hijo pequeño. Como en la serie televisiva de David Simon The deuce, sobre la prostitución neoyorquina y el nacimiento de la industria del porno, no hay espacio en Alanis para los aspectos más sórdidos, lo que no quiere decir que sea un filme complaciente o blando. Todo lo contrario. Pone el dedo en la llaga sin esbozar apenas algún momento de efectismo dramático.