'Línea mortal' (1990) estaba protagonizada por una Julia Roberts recién convertida en estrella gracias a 'Pretty woman', y por eso obtuvo cierta fama pese a que echaba a perder su fascinante premisa -unos estudiantes de medicina se exponen durante unos minutos a la muerte clínica para descubrir qué hay al otro lado- con el fin de ofrecer un manual de autoayuda sobre la necesidad de pedir perdón. Este 'remake' resulta inexplicable porque comete no solo los mismos errores que su modelo sino también algunos más, como la inanidad general de los personajes y la incapacidad total para generar amenaza o suspense.