En su primera comedia en 20 años, el veterano Yôji Yamada relata el revuelo causado en el seno de una prole de clase media por el divorcio de los abuelos para ofrecer un retrato —de la familia actual, de las diferentes actitudes que diferentes generaciones adoptan frente al matrimonio— que tiene en la modestia su mejor baza y a la vez su lastre. El humor es ligero, las incursiones en el sentimentalismo son templadas y la moralina sobre las virtudes de la institución familiar es liviana, pero el resultado solo es moderadamente entretenido.
Maravillosa familia de Tokio ★★★
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