'La dona del Cadillac': un 'thriller' afilado

Joan Carreras saca aún más punta a la fórmula que ha utilizado en sus últimas novelas

Joan Carreras. / RICARD CUGAT

El pueblo en el que se sitúa 'La dona del Cadillac' se mantiene en un equilibrio frágil, susceptible de ser alterado por cualquier forastero que llegue a él, observe lo que sucede y se haga las preguntas pertinentes. Para narrar esta historia, Joan Carreras (Barcelona, 1962) ha optado por un estilo ligero, sustentado en diálogos funcionales y una trama revelada de manera gradual con puntos de vista alternados: de esta manera accedemos a media docena de visiones parciales a partir de las cuales el lector culmina el rompecabezas.

'La dona del Cadillac'

Joan Carreras Proa 328 páginas 18,50 €

El pasado del pueblo se esconde bajo capas de costumbres y de silencios. Cada uno conoce una parte de la historia, y la tarea del recién llegado es, en primer lugar, encontrar los icebergs, después descubrir su parte oculta y, finalmente, conectarlos en una hipótesis fundamentada. La estructura, pues, recuerda a las novelas policiacas de Georges Simenon. A diferencia de lo que sucede con el comisario Maigret, sin embargo, el indagador de Joan Carreras también tiene secretos.

Durante las primeras dos terceras partes del libro, el autor disemina indicios, frases enigmáticas y pistas falsas. En el tercio final, la novela se revela como uno de aquellos muebles victorianos llenos de compartimentos secretos. Ni siquiera los habitantes del pueblo conocen el alcance de todo lo que se oculta en ellos. En las cincuenta últimas páginas, las sorpresas se suceden al ritmo endemoniado de un castillo de fuegos artificiales elaborado con la paciencia de un artista chino.

Uno de los tópicos que circulan por los talleres de escritura es que siempre es mejor mostrar que explicar. Pero a menudo se agradece un tratamiento indirecto, como el que hacen Isabel Coixet en la película 'La vida secreta de las palabras' y Joan Carreras en esta novela. Presentados de manera contenida (sin excluir escenas de acción y algunos símiles atrevidos, que también los hay, y el lector los agradece), los conflictos permiten una aproximación menos efectista que los hace más humanos.

De 1990 al 2003, Joan Carreras publicó dos libros de cuentos y dos novelas. Desde 'L’home d’origami', en el 2009, ha acelerado el ritmo de producción: cinco novelas en nueve años, por las que ha merecido los premios Sant Jordi y Ciutat de Barcelona. En 'La dona del Cadillac', Carreras mantiene la atención centrada en las familias y las parejas, una atención que en nuestra opinión mejora -como sucede en este caso- cuando adopta la forma de 'thriller' afilado.