Cuando una película viene precedida por las buenas intenciones y las causas benéficas, uno intenta aproximarse a ella con el mayor de los respetos. Que la recaudación de 'Lo que de verdad importa' sea destinada íntegramente a los niños con cáncer resulta de lo más loable, pero no se puede pasar por alto que su calidad cinematográfica es ínfima y su mensaje está a la altura de un panfleto moralista y ultraconservador que traspasa los límites de la obscenidad ética más falsaria y manipuladora a la hora de hablar de la enfermedad y el dolor de la pérdida a través de los valores cristianos.
'Lo que de verdad importa' ★
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