Mientras contempla a un matrimonio de suburbanitas cuya aburrida existencia es animada por la llegada de unos glamurosos vecinos que resultan ser espías, 'Las apariencias engañan' mezcla 'slapstick' facilón y escenas de acción ramplonas. Su previsibilidad y su falta de energía serían disculpables si al menos fueran acompañadas de risas pero, en cambio, es el tipo de película que busca el humor repitiendo la palabra “orinal” cada diez minutos. Lo más decepcionante es que está dirigida por el usualmente infalible Greg Mottola, pero podría haberla dirigido cualquiera.