El polifacético autor y director suizo Milo Rau (Berna, 1977), uno de los creadores más audaces e incisivos de su generación, regresa a Temporada Alta para destapar este viernes, en el Teatre de Salt, la hipocresía de Occidente en 'Compasión. La historia de la ametralladora'. Dos magníficas actrices, la alemana Ursina Lardi y la belga Consolate Sipérius, protagonizan esta obra semidocumental en alemán y francés con subtítulos en catalán. 

¿Cómo surgió este montaje? El punto de partida fue el viaje de los refugiados que llegaban a Europa tras salir del Congo y atravesar desiertos y fronteras como las de Turquía y Macedonia. Cuando empezamos a trabajar había ese presentimiento de que las fronteras se iban a cerrar. Nuestra obra refleja el desencanto de Europa ante la imposibilidad de resolver estos problemas.

Vivimos en un mundo cada vez más global. Vivimos en un mundo cada vez más global.Pero la globalización no humaniza. Tras haber trabajado en África Central, hablando con víctimas de las guerras civiles y trabajadores de oenegés, creo que es mucha la autocrítica que debemos hacer acerca del papel de las grandes potencias en aquella zona. ¿Qué parte de responsabilidad tenemos cuando hay genocidios o dramas como el de los refugiados, consecuencia de guerras y conflictos?

¿Ofrece alguna respuesta en su obra? Cada uno sacará sus conclusiones. La empatía con los desfavorecidos y la compasión es un tema complejo porque, ¿dónde está el límite de la solidaridad? ¿La ayuda exterior no impide a las élites de un país ocuparse ellos de su gente? Además, cuando llevas ayuda también trasladas un sistema y se acaban reproduciendo determinados modelos.

¿Entonces? Las oenegés son una respuesta al sentimiento de culpa del primer mundo, cuyo sistema capitalista necesita controlar materias primas imprescindibles. Muchos de los problemas e inestabilidad en zonas del Congo y en Kurdistán se derivan de eso. La obra retrata la paradoja de cómo alguien que piensa que hace el bien en realidad está extendiendo una plaga.

Menuda visión. Lo veo pesimista. Menuda visión. Lo veo pesimista.Estuvimos haciendo mucho trabajo de campo. He viajado y entrevistado a mucha gente. Hay que entender que si una parte del mundo puede vivir en paz es porque hay guerra en otros lugares. Basta fijarse en la historia de la metralleta. Al principio su uso solo estaba permitido en las colonias. No se permitió su uso en Europa hasta la primera guerra mundial.

¿Cuál será su próximo proyecto? ¿Cuál será su próximo proyecto?La adaptación de 'Saló o los 120 días de Sodoma', de Pasolini.