Las crónicas de la época recuerdan como un acontecimiento el estreno en España de ‘Milagro en casa de los López’, de Miguel Mihura, en el desaparecido Teatro Talía. El propio autor asistió a la ‘première’ del 23 de septiembre de 1964. Eran otros tiempos, en los que las comedias del fundador de semanario satírico ‘La Codorniz’ y las de Jardiel Poncela reinaban en las carteleras. Un reparto con relevantes intérpretes como Mari Carmen Prendes, Pedro Porcel, Ángel Terrón y José Sazatornil protagonizó esta obra representativa de un incipiente humor del absurdo. Medio siglo después, el montaje ha regresado a los escenarios, primero en Madrid y estos días en el Club Capitol.
Es muy difícil ver en Catalunya piezas del creador de ‘Ninette y un señor de Murcia’ o ‘Maribel y la extraña familia’, además de autor de guiones de cine como ‘Bienvenido mister Marshall’. Este tipo de teatro se asocia a unos años marcados por las restricciones y convencionalismos de la sociedad del franquismo. El montaje que Manuel Gancedo ha hecho de una de las surrealistas comedias tardías de Mihura cuenta con un cartel de intérpretes reconocidos por sus trabajos en el cine y la televisión. Nuria González y Carlos Chamorro, sustituido los miércoles y jueves por Toni González Lillo, encabezan ahora el elenco.
IRREALES ENREDOS
La historia, desarrollada con un estilo tan naíf en lo estético como engolado en la dicción, narra la vida de un matrimonio acomodado que reside encerrado desde hace 10 años en una mansión en compañía de sus peculiares criados. Ambos se aman y se detestan con la misma intensidad pero necesitan un milagro que altere su monótona existencia. La sorprendente irrupción, primero de una angelical joven, y después de un escritor e ilusionista, traídos por un misterioso taxista a la que suponen es una casa de huéspedes, desatará una hilarante trama llena de irreales enredos que giran alrededor del destino incontrolable.
La pareja matrimonial formada por González y Chamorro/González Lillo mantiene en pie esta comedia. La versión de Gancedo acentúa el histrionismo de los personajes. Los tics interpretativos serán todo lo adecuados que se quiera para este montaje, pero se alejan del teatro que se representa actualmente en Barcelona.