Elsa Rivero: «El filin es sentimiento y no puede morir»

La cantante cubana abre este viernes en el Jamboree el Festival del Bolero

La cantante cubana Elsa Rivero, en Barcelona. / ALBERT BERTRAN

Siguiendo su tradición de estrenarse con una voz de leyenda, el Festival Internacional Ron Palma Mulata del Bolero abrirá este viernes su tercera edición (Jamboree, 20.00 y 22.00 horas) con Elsa Rivero, cantante cubana con más de 50 años de carrera, que evoca los días dorados del filin.

-¿Cómo explicaría lo que representó ese estilo interpretativo, el filin?

-Fue un movimiento que se fundó a finales de los años 40, en el Callejón de Hamel, de La Habana, con la guitarra como amiga inseparable. En Cuba había una situación convulsa, y ellos tenían sus ideales, querían un país mejor. El filin surgió dentro del bolero y en contacto con la música de Estados Unidos: el jazz, el swing, el blues... El filin era cantar 'ad libitum', a placer, sacando todo lo que tienes dentro: amor, nostalgia, tristeza... Dijeron: «si esto es puro sentimiento, vamos a llamarlo filin».

-Tiene cierto aspecto de sofisticación, pero a la vez era popular.

-Reunía a gente de todas las clases. Todo aquel que tuviera inquietud de hacer música iba a casa de Angelito (Díaz), al Callejón. Gente progresista en una época de gobiernos corruptos. Yo estudiaba comercio y comencé a ir a las descargas del club Karachi, a cantar 'Stormy weather'.

-Las D'Aida, con Omara Portuondo y Elena Burke, ya funcionaban cuando empezó. ¿La influyeron?

-Cuando ellas comenzaron, hacia 1953, yo aún no cantaba, era muy joven, pero Elena fue un referente y, más tarde, una amiga y buena compañera de trabajo. La cantante más representativa del filin.

-Omara es maravillosa, una estrella, y es incombustible. Es una gran compañera y amiga. Pero Elena... Cómo decirlo... Era el ángel, el duende... Era especial.

-¿Más que Omara?

-Tras la revolución, el filin siguió.-El filin es sentimiento y no puede morir, aunque entonces vino otro movimiento, el de la Nueva Trova.

-Sí, Pablo era muy filinoso cuando tenía 22 años, y aún lo es, se le nota en su manera de decir las canciones. El filin es una forma de expresión, es cantar suave, dulce, y que la gente entienda bien el mensaje, la letra. Y todo eso con una gran carga emotiva. Si no, no es filin.

-Pero algunos de esos cantautores venían del filin, como Pablo Milanés.

Contigo en la distancia. ¿Cómo le recuerda?-Tenía un aspecto inaccesible, parecía que tenía mal carácter, pero cuando le conocías era maravilloso. Como Jose Antonio (Méndez) y Angelito, que era como un hermano para mí. En una época en que enfermé, cuando me extirparon el riñón derecho, recuerdo a Angelito llorando porque temía por mi vida. Aún me emociona recordarlo. Esos compositores dejaron canciones para siempre: Mi mejor canción, Si me comprendieras, Realidad y fantasía, La gloria eres tú, Delirio... No le puedo decir cuál es más bonita: en todas hay poesia, amor, magia, duende...

- Trabajó con César Portillo de la Luz, autor de clásicos como

-¿Llega el filin actualmente a los jóvenes cubanos?

-La juventud se va por el reggaeton y otras cosas, y es normal, porque todo va evolucionando. Pero el filin no muere. Todavía está Omara cantándolo, y Ela Calvo, que es buenísima, y Marta Valdés...

-Hay artistas que solo hablan de ellos, pero usted menciona y elogia a muchos compañeros de profesión.

-Por supuesto, porque yo solo soy un granito de arena en la historia de esta música. No soy 'yoísta', ¡Dios me libre! Hay tanto talento en mi país... Y me gusta admirar y respetar. A lo mejor estoy equivocada...

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