El tono reivindicativo de la gala de los Premios Max llegó al apoteosis con el discurso de Rosa Maria Sardà, premio honorífico, que les dedicó una "butifarra" (aunque no hizo el gesto) a políticos y gobernantes.
"Y que les aproveche en esas vacaciones que pronto tendrán, espero que muy largas", dijo la Sardà con todo el auditorio de la sala Barts de Barcelona puesto en pie.
"Quieren dejarnos con el culo al aire pero los políticos pasan y nosotros, los artistas, seguimos. La cultura importa para la supervivencias. ¡Somos importantes! Lorca lo definió: 'Un pueblo que no cuida de su teatro es un pueblo muerto o moribundo'. Vamos a seguir luchando", sentenció la actriz con rotundidad. Fue el momento álgido de una ceremonia festiva y combativa contra el lesivo 21% del IVA cultural.