ESTRENO EN TEMPORADA ALTA

Danza contra el padre

Jan Fabre crea para Cédric Charron un solo inspirado en una experiencia personal

Reto interpretativo 8El bailarín Cédric Charron, en un momento de ’Attends, attends, attends’. /

Contundente, feroz y lleno de tensión y plasticidad. Así es es el impactante solo que Jean Fabre ha creado para Cédric Charron, un dotado intérprete al que el creador de Dugs keep me alive lleva al límite en una pieza en la que el bailarín se enfrenta a la figura paterna en su lecho de muerte. El título de la obra Attends, attends, attends... (pour mon père) es una llamada desesperada para poder conectar con el progenitor antes de que expire. El montaje, una de las delikatessen de Temporada Alta, se podrá ver solo ese domingo en el Teatre de Salt (18.00 horas). «Cada creación tiene sus dificultades y sus retos. Pero he reconocer que soy un hombre afortunado por haber podido contar con las excelentes cualidades para la performance que Cédric Charron despliega en escena», asegura Fabre. «Es brillante como performer pero además también despliega un enorme talento para trasladar a escena todos los matices y emoción de este texto que escribí para él», añade.

El texto puede leerse tanto a nivel consciente como inconsciente. «Como director necesitas crear una obra de arte que a la vez esconda y revele cosas simultáneamente. Lo que le pido al intérprete es que incorpore todas las sutilezas de cada palabra; incluso la manera de respirar puede abrir un mundo de imaginación». Para él el cuerpo del bailarín se transforma en una especie de libro abierto. «Cada uno de sus músculos debe vibrar con intensidad en consonancia con el texto: solo así logrará su misión en escena».

Es difícil para el coreógrafo imaginar a otro bailarín interpretando esta pieza. Parte de la obra surge de algo que ocurrió en el estreno de As long as the world needs a warriorSSRqs soul, una pieza de conjunto que Fabre dio a conocer en Montpellier en el 2000. «Me acuerdo muy bien de que en un determinado momento, entonces él era nuevo en mi compañía se vio sobrepasado por los nervios porque su padre iba a acudir al estreno. Me contó que su padre siempre deseó que estudiara Económicas. El intenso deseo de Cédric de convertirse en bailarín siempre creó tensión entre ambos», recuerda Fabre quien, a partir de esa charla, se inspiró para imaginar un diálogo en el que Cédric explica la elección más fundamental de su vida.

«Cada uno de los solos que he creado es fruto de una empatía personal, casi íntima, con mis intérpretes. Mis 'guerreros de la belleza', como yo les llamo, son mi principal fuente de inspiración y constituyen las herramientas más importantes en mis trabajos escénicos», comenta. «Cada uno incorpora de forma personal mi visión artística, mi estética y mi ética como artista. Por eso veo este solo como una especie de retrato. El tema es muy personal tanto para el intérprete como para mí pero, como artista, soy capaz de crear una obra de arte que tiene la capacidad de trascender el nivel anecdótico y convertirse en universal».

Actualmente Fabre trabaja en un ambicioso proyecto llamado Mount Olympus que se estrenará en junio durante el Berliner Haus der Festspiele. «Es una performance que glorifica el culto a la tragedia y que durará ¡24 horas! Durante ese tiempo 25 intérpretes se impondrán un autoexilio». Los mitos griegos y su herencia será revisitada a través de los actores que proyectarán sus utópicos deseos, miedos y visiones.