-Se han renovado ustedes...
-A causa de la restructuración interna de la cadena, el programa dejó de hacerse en plató, que al parecer era más caro en gastos fijos proporcionales a su uso que salir al exterior.
-¿Qué ventajas tiene?
-Por un lado, salir del plató, que era algo fijo y monótono, algo que te permite buscar soluciones imaginativas. Un lugar o un espacio que tenga que ver con la película, con su director o protagonista. Y al trabajar con un equipo más ligero tienes mucha más movilidad y rompes el corsé del plató con dos cámaras.
-¿Cuándo lo decidieron?
-Empezamos ya el año pasado. Y fue un paso adelante en una reflexión muy característica hoy día, y que te la hacen desde la dirección de TV-3: los programas ya no son solo para la tele, sino piezas que además pueden ser vistas y consultadas en internet. Somos creadores de productos audiovisuales y hemos de buscar piezas más cortas, más rápidas…
-Una entrevista no lo suele ser…
-Es aquí donde me resistí más, porque el concepto de corto y rápido acaba siendo algo tan sintético que acabas por no entrar en el fondo de las cosas. Y esto va radicalmente en contra de mis principios. Convocar a una persona para analizar y hablar de su película en una entrevista de cinco minutos, me niego en redondo. Cedí en muchas cosas pero a cambio de que se me permitiera tener una conversación amplia con el invitado. La contraoferta fue interesante y con cambio de realizador.
-¿A quién tienen ahora?
-Mai Balaguer, una crack. Es la realizadora de Silènci, Bestiari il·lustrat y Colors en sèrie. Liquidó la parte más tiesa del programa y logró que sea visualmente más rico y dinámico, más trabajado en el montaje. Puedo moverme, tocar al invitado y crear proximidad. Y las conversaciones, que antes se emitían íntegras, se graban más largas, pero luego vamos a buscar lo bueno.
-¿Qué criterio de emisión sigue?
-Este es un espacio sobre cine catalán que da voz a sus autores, al tiempo que damos visibilidad a películas en las que ha intervenido TV-3.