Rafael Chirbes, el notario de la crisis

El autor gana el Premio Nacional de Narrativa con 'En la orilla', retrato inmisericorde de la España actual

La novela, de la que se prepara la décima edición, es una obra coral sobre el empantanamiento moral del país

Rafael Chirbes, durante la presentación en Barcelona de ’En la orilla’. / FERRAN NADEU

Rafael Chirbes (Tabernes de Valldigne, 1949) estaba en otra guerra cuando ayer le anunciaron que había ganado el Premio Nacional de Narrativa por su novela 'En la orilla' (Anagrama). Concretamente estaba en la primera guerra mundial, metido en la lectura de 'La disputa del sargento Grisha', sobre aquella contienda. «De Arnold Zweig, no de Stefan», precisa desde su refugio de Beniarbeig, donde vive solo rodeado por sus perros y donde el teléfono no ha dejado de sonar y su voz un punto cazallera pero cargada de cálida sencillez se aprecia más alegre que nunca. «Estoy muy contento y muy agradecido con este jurado y también por lo que tiene de simbólico que una novela como la mía, que da cuenta de lo que le está ocurriendo al país, obtenga este reconocimiento oficial».

Este reconocimiento es uno de los Premios Nacionales del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, dotado con 20.000 euros, y el simbolismo tiene también esa carga de ironía paradójica que le gusta al autor si se tiene en cuenta que 'En la orilla' es uno de los retratos más tremendos e inmisericordes de cómo la crisis está maltrando a los ciudadanos y ha acabado embotando sus conciencias. También es una de sus novelas más celebradas puesto que obtuvo el premio de la Crítica -que también logró su anterior trabajo, 'Crematorio'- además del Francisco Umbral y el de la Crítica valenciana. Prueba de su conexión con el lector es que ya se está preparando la décima edición. El jurado se ha visto en la obligación de precisar que el realismo de la novela -tan denostado en la literatura española en el pasado- se vale de una «extraordinaria construcción literaria» que lo trasciende gracias «a su riqueza formal y a los recursos poéticos».

'En la orilla', publicada casi a modo de involuntario díptico tras el éxito de 'Crematorio' -duro retrato de la especulación inmobiliaria en la costa valenciana que propició una excelente serie de televisión- sigue levantando el acta de defunción moral del país justo después de dónde se quedó aquella. La caída de los falsos oropeles especulativos de Benidorm o Marina d'Or han dado paso a este puñado de voces sin esperanza en el imaginario pueblo de Olba azotado por el desempleo y por la incuria del protagonista y voz principal de este coro, Esteban, cuyos negocios se han ido al garete.

El humor cotidiano

Y aunque sus novelas sean profundamente tristes, a Chirbes no deja de parecerle gracioso -«por fortuna todavía le encuentro el chiste a las cosas, incluso a la más duras»- el sinsentido de que tenga que darle las gracias a estos políticos con sus políticas «desnortadas». «Han sido ellos con sus recortes, sus presupuestos, sus corrupciones los que me han permitido escribir esta novela. Así que en cierto modo tendría que estar dándoles las gracias». Sabe que buena parte de esas críticas deberán estar en el discurso de aceptación de un premio que recibirá de manos del controvertido ministro José Ignacio Wert, pero de momento prefiere no adelantar acontecimientos. «Es como las dudas que tenía Camus sobre cómo tenía que vestirse para ir a recoger el Nobel. Y su madre, analfabeta y cargada de sentido común, le dijo: 'chico es que nosotros no somos de juntarnos con esa gente'. Pues a mí me pasa lo mismo».

Se enorgullece de haber escrito siempre al pie del cañón de su tiempo, cuando muchos otros practicaban una oportunista crítica de salón a los recientes acontecimientos históricos. «Así cuando la gente se ponía a celebrar los Juegos Olímpicos o las carabelas de Colón yo me ponía a escribir sobre la desazón de una vieja durante la guerra civil. Y cuando escribí mi primera novela, Mimoum,  en vísperas de nuestra entrada en Europa y los escritores españoles se dedicaban a hacer comedias ligeras, yo miraba a África y retrataba a alguien que había perdido en el juego de la Transición».

La más materialista

Asegura que para elaborar 'En la orilla' tuvo presente ese patchwork de voces que es el 'Manhattan Transfer' de John Dos Passos. «También pensé en Lucrecio porque es la novela más materialista que he escrito y la intención de contar todo lo que se puede contar de nuestro tiempo, los hospitales, el dinero, las putas, el terrorismo, los musulmanes y el canibalismo de la violencia doméstica. Es un libro descabellado en el que las piezas no deberían encajar pero lo hacen».

Ahora cuando el desánimo económico parece encontrar alivio únicamente en las declaraciones del ministro De Guindos y la corrupción política no solo no arrecia sino que se multiplica en todos los frentes, Chirbes acepta que la realidad de hoy mismo ha sobrepasado las intenciones de una novela sin concesiones. «Lo único más duro que puedo imaginarme es la guerra de Ucrania y ese escenario tampoco lo descarto». No será sin embargo la semilla de una próxima obra porque el escritor se confiesa con toda tranquilidad en dique seco: «En estos momentos tengo la masa de la creatividad fría».