CRÓNICA

Pareja con gancho

Ara Malikian y Ángel Corella brillan con 'A+A' en el Tívoli

Ángel Corella en ’Blithe Wick’, al inicio del espectáculo, en el Tívoli. / ACN / FRANCESCH PERE

Si hubiéramos estado en una plaza de toros y no en el Tívoli, el violinista Ara Malikian y el bailarín Ángel Corella hubieran salido a hombros tras el estreno, el miércoles, de A+A. El primer espectáculo que ha unido a ambos talentos entusiasmó al público, que les dedicó una calurosa ovación, con todo el teatro puesto en pie. La propina que ofrecieron, un bis de la última coreografía Asueto, permitió disfrutar de nuevo de todos los bailarines, exultantes y llenos de energía tras la gran aclamación. La complicidad entre ambos cracks fue total y la coordinación de bailarines y músicos fluyó desde el principio. El violinista de rizada melena y su Orquesta del Tejado, integrada por otros cuatro instrumentistas de cuerda, se convirtieron en aliados de los bailarines. La interacción brilló, moviéndose músicos y bailarines por el escenario. Las coreografías elegidas en el programa potenciaban las virtudes de un elenco que Ángel Corella conoce a la perfección, ya que formaron parte del Barcelona Ballet, ese ambicioso proyecto que murió por falta de respaldo institucional. El público siempre lo apoyó. La japonesa Kazuzo Omori, el cubano Dayron Vera, el inglés Russell Decker y la española Natalia Tapia abrieron junto a Corella el espectáculo con Blithe Wick, una pieza neoclásica de Corella inspirada en la música Souvenir de Florencia,  de Chaikovski. Tanto en parejas como en solitario los bailarines sedujeron al público con su energía, gracia y calidad. El vestuario con sugerentes transparencias reforzó unos movimientos de gran belleza plástica y predispuso al público para lo que vendría después. La segunda parte del espectáculo, más contemporánea, despegó con el sensual dúo de Christopher Wheeldon, After de rain, que bailaron Carmen Corella y Dayron Vera. Tras ellos, Ángel Corella y Omori, con un espectacular vestido en tonos verdosos y brillantes, lograron detener el tiempo por unos instantes con Argon, creación de Russell Ducker. La Orquesta del Tejado dio rienda suelta a su creatividad entre cada coreografía. Malikian bailaba y saltaba mientras tocaba el violín, con una actitud más próxima a la figura de una estrella del rock que de un solista de clásica.

Su magnetismo conectó con el público y se multiplicó cuando Corella protagonizó con él dúo  A+A, una perla en el que el bailarín convertido en un torbellino retó al mago del violín con una serie de giros impresionantes que dejaron al público con ganas de más.