Tras su regreso en el 2007, el grupo de jazz-rock progresivo presenta nuevo disco en Luz de Gas (21.30 horas) con su formación intacta: Max Sunyer, Kitflus (Josep Mas), Santi Arisa y Rafael Escoté, a los que se ha unido el hijo del batería, Dan Arisa.
-El disco se titula Standy by... On. ¿Debemos entender que durante los años de parón el grupo no estaba disuelto sino hibernando?
-(S. A.) Sí, pero no había trabajo. Y todos hemos estado ocupados. Kitflus con Serrat y Sabina, y los otros con otras cosas. Pero si quieres que haya actividad tienes que hacer algo.
-Para recolocarse en el mercado tienen que grabar un nuevo disco. Pero, luego, el público les pide que toquen las canciones antiguas. ¿Paradoja?
-(S. A.) Sí, es así. Es difícil. Para que nos contraten en los festivales es más fácil con un disco nuevo, pero, al final, la gente es la que manda.
-El problema de la contratación, ¿se debe al contexto del negocio musical, o a que Pegasus es un grupo que no encaja ni en las programaciones de rock ni de jazz?
-(J. M.) «Ni amb jazz ni amb rock anirem enlloc!»
-(S. A.) Es una frase que dijo hace muchos años. Es muy difícil trabajar en los clubs de jazz, aunque hemos rebajado en cachet, y en el rock no encajamos. Y eso que en otros tiempos habíamos tocado con Barón Rojo.
-¿Cómo es posible que Pegasus no haya cambiado de formación en 33 años?
-(M. S.) Los grupos suelen tener un líder o dos, y nosotros somos otra cosa: cuando nos juntamos llevábamos todos muchos años tocando en grupos: Iceberg, Fusioon, Gòtic... Siempre hemos tenido claro que si faltaba uno no había grupo.
-Era fácil pronosticar que habría terribles luchas de egos.
-(R. E.) La discográfica nos vendió como un supergrupo de los 80: una estrella de los teclados, el mejor batería de España...
-(S. A.) Pero nunca nos lo creímos: al día siguiente teníamos que levantarnos temprano para trabajar como músicos de cualquier sesión...
-Han tocado con artistas de todo pelaje: de Mari Trini a Sergio Dalma.
-(M. S.) Yo creo que he hecho discos con casi todo el mundo...
-Las raíces de Pegasus son Max Sunyer y Kitflus tocando con Tony Ronald, la prehistoria de Iceberg.
-((J. M.) Sí, hablamos de 1970. Yo tenía 16 años.
-(S. A.) Yo hasta con Sara Montiel. Con Francesc Burrull. ¡Ningún problema! Somos todoterreno.
-En 1983 sonaron en la radiofórmula con Transmediterrani Exprés.
-(K.) ¡En los 40 Principales! Antes el gusto era más abierto.
-¿El concepto de Pegasus fue siempre dirigirse a un público que aprecia la técnica musical y a la vez producir una obra accesible?
-(R. E.) Sí, siempre hemos cuidado la melodía abriendo espacios para improvisar sin avasallar al oyente.
-Seguramente tocan aún mejor que en los 80. ¿En qué han cambiado?
-(K) Todo es un poco más pulcro, pero al tocar en directo es igual.
-(M. S.) Tenemos la manía de pensar que la música consiste solo en notas, cuando también hay silencios.
-El grupo Pegasvs ha cambiado su nombre por Svper. ¿Tuvieron algo que ver?
-(M. S.) Sí. Tenemos el nombre registrado. Lo entendieron. Ningún problema. ¡Es que nos habían llegado a llamar para actuar en el Sónar!