La segunda película como director del madrileño Rodrigo Sorogoyen narra una noche de amor entre dos jóvenes (Aura Garrido y Javier Pereira). Empieza como una comedia, pero se escora hacia el drama, la turbiedad, el desencanto y la resaca. La cinta salió reforzada del Festival de Málaga, donde se embolsó la Biznaga a la mejor dirección y a la mejor interpretación femenina. Garrido, efectivamente, realiza uno de los trabajos más sobresalientes del año (también está nominada al Goya).
Sorogoyen -que estudió Historia por imposición familiar, aunque en cuanto acabó entró en la Escuela de Cine de Madrid- tiene una gran experiencia en cortos y en televisión (Frágiles, La pecera de Eva). Antes de empezar a realizar Stockholm, el cineasta recaudó unos 45.000 euros entre amigos y familiares. El resto del presupuesto, lo consiguió con micromecenas en internet.