entrevista con El humorista

Enrique San Francisco: "Deberíamos tener 4 piernas, y las mujeres, más tetas"

Estrena 'Enriquecido' en el BARTS

Entrevista con Enrique San Francisco. / (MELISA AEDO / MÓNICA TUDELA)

Llega con muletas echando bocanadas de dolor. Se fue a por tabaco y cayó por la escalera. Fractura de cadera. «A ver si me han castigado por fumar», suelta. No están los tiempos para abandonar la silla de monologuista con la que lleva triunfando una década. Desde mañana y hasta el domingo, en la sala BARTS.

-El título, Enriquecido, se las trae.

-Hubiera preferidoLo que queda de Enrique, después del accidente, pero también está bien.

-¿De qué habla en la obra?

-De las mujeres y del cuerpo. Cuando estaba convaleciente pensé lo mal diseñado que está el cuerpo humano. Deberíamos tener cuatro piernas y las mujeres, más tetas. No más grandes, más. Siempre se quejan de los preliminares, pues imagínese llegar a casa y comprobar que no falta ninguna. También hablo de compras, de Dios...

-¿Y de los políticos?

-Poco, hay ya una saturación terrible. He recopilado lo que más me gusta de mis obras.

-¿No echará dardos contra Bárcenas, Urdangarin...?

-Alguno sí, son todos unos grandes chorizos y sinvergüenzas, pero es que son tantos. Hay muchos imputados. Es dantesco.

-Tiene pinta de pesimista...

-Soy más bien optimista, pero los pesimistas también tienen buenas cosas, tienen mérito.

-¿Qué aconseja para sobrellevar estos tiempos?

-Mucha paciencia. Lo que no nos mata nos hace más fuertes. Y sobre todo, hay que renovar el equipo, la clase política, que el pueblo ya está bastante cabreado, aunque yo no soy de ningún partido. Con lo alegre que era antes España, han logrado entristecernos.

-¿Usted no vota?

-No, desde hace muchísimos años, ya tengo 58. Desde que voté al PSOE de Felipe González. ¡Tuve tantas decepciones!

-Por Dios, por supuesto. Lo practico desde que me levanto. Lo primero es reírse de uno mismo.

-¿Con quién más se ríe?

-Con mis amigos. Yo saco la gracia de las cosas, aunque la mayoría no la tienen, son cosas tristes que hay que adornar.

-¿Qué le pone de más mal humor?

-La falta de educación.

-¿De los jóvenes?

-No, de todos. Me gustan los jóvenes y no soporto a los mayores que no los soportan. Lo mejor de la juventud es no pertenecer a ella. El futuro del país está en ellos y hay que cuidarlos.

-¿Cómo ve desde Madrid lo del independentismo?

-El nacionalismo con cuidado es un patrimonio cultural, pero si se lleva mal, cualquier nacionalismo sin medida, exacerbado, se convierte en fascismo.

-Pasó la infancia en Barcelona, ¿qué recuerdos guarda?

-Muy buenos. Estuve 15 años y hablaba catalán. Echo mucho de menos el mar. Y con la cadera, qué putada, no podré ir a la playa, a Cadaqués, que me encanta.

-La culpa es del tabaco. ¿No lo puede dejar?

-Me cuesta mucho, es un vicio horrible. No te da nada bueno, solo te jode la salud. Todo el día echando humo.

-¿Qué proyectos tiene?

-Una obra con Jorge Sanz sobre la relación entre los artistas y el alcohol.

-¿Cómo es la suya?

-Sin problemas. Me gusta mucho la cerveza pero no bebo nada más.

-¿Fuera de escena tiene sentido del humor?