EN 3 MINUTOS

Oriol Pla: "'Animals' es algo muy especial"

El actor Oriol Pla, ayer en Sitges. / DIEGO CALDERÓN

-Se ha debido enfrentar a un gran robaplanos, Deerhoof, el oso de peluche que le acompaña en la película.-¡Y no es digital! Era una marioneta coordinada por cinco personas. Un currazo. En ese momento el oso cobraba vida y se movía y te abrazaba la pierna... Y era... muy bonito.

SEnDAnimals es una película única. ¿Lo notaban ustedes durante el rodaje?

-Nosotros veíamos una fotografía muy cuidada [de Eduard Grau], un vestuario especial, unos diálogos curiosos, una dirección muy meticulosa. Una atmósfera... no sé cómo explicarlo... Notábamos, sí, que estábamos haciendo algo muy especial.

-¿Marçal [Forés] le hizo ver alguna película en que inspirarse?

-Sí, sí. Me hizo ver Elephant [de Gus van Sant] y Donnie Darko [de Richard Kelly], dos películas también muy únicas sobre la adolescencia que nos sirvieron como referencia. También me hizo ver Arrebato, La matanza de Texas, Buffalo 66... Y mucha música. Cosas curiosas que solo encuentras si las buscas, como Los Claveles.

-¿Hay algo de usted en el personaje de Pol, un adolescente confundido?-Sí, y tanto. Las circunstancias que explica Animals son muy particulares, por supuesto, pero la base es la adolescencia pura y dura. Esa ambigüedad, ese miedo y deseo, esa curiosidad y recelo. Ese constante no saber. Tener un interrogante aquí, en el pecho. ¿Qué me gusta? ¿Qué soy? Todos hemos pasado por ahí.

-Hábleme de su experiencia con Martin Freeman, que interpreta a su profesor en la película.-Es una persona fantástica. La verdad es que te esperas que estos grandes actores sean altivos o fríos. Pero qué va. El primer día le dije que me sentía pequeño a su lado. «No, hombre, no, relax», me dijo. A veces me costaba saber qué hacer y él me ayudó mucho, me dio buenos consejos.SEnDAnimals se rodó hace dos años. Después hizo Any de Gràcia con Ventura Pons. Vaya cambio de chip.

-(Ríe) ¡Son dos cosas totalmente diferentes! De Animals, con una personna que se tira dos años haciéndola, a Any de Gràcia, con un director que ya tiene un oficio y te dice que quiere esto y lo otro, y que ya sabe cómo lo montará y... pum. Dos registros muy diferentes. Fue curioso y divertido pasar de una cosa a la otra.