Dado queLos otros doses una película de Adam McKay y Will Ferrell, una sociedad que hasta la fecha había producido tres comedias dadaístas ejemplares, uno está tentado de tomarse su desubicada crítica de la corrupción financiera como otra de los impredecibles mazazos de humor absurdo de la pareja. Sin embargo, el modo que tienen de articularla es tan insípido que, sumado a la tendencia a nadar y guardar la ropa -parodiar el cine policial y, a la vez, ser un ejemplo válido del género-, evidencia cierto viraje hacia territorios menos salvajes. Afortunadamente, ese relativo desvío tiene lugar en el seno de una historia que, con suficiente frecuencia, se abandona a una idiotez tan loca e irracional como altamente disciplinada.
Crítica
'Los otros dos', nadar y guardar la ropa
Tráiler de ’Los otros dos’. /
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