Hay que considerar la exposición sobreJoan Brotat(1920-1990) en el Palau Moja de Barcelona, un verdadero hito en la comprensión y la divulgación de este pintor injustamente ignorado. La obra deBrotatestá bastante dispersa en colecciones privadas y una parte significativa se conserva en el fondo de arte deCesáreo Rodríguez-Aguilerade la Universidad de Jaén, que ha asumido un papel relevante en esta muestra junto con el Museu Abelló de Mollet del Vallès y el Museu de Valls. Nos encontramos ante una selección representativa del periodo 1946-1966, el más notable y fecundo deBrotat.La exposición, de un interés excepcional, ha sido comisariada con pasión, inteligencia y rigor porÀlex Mitrani,experto enBrotat.

Salvo la figura gigantesca deAntoni Tàpiesy de algún otro caso, la gran asignatura pendiente del arte del siglo XX en nuestro país es el reconocimiento y la difusión del poderoso e innovador movimiento que se desencadenó en Catalunya, a pesar del franquismo, desde la aparición de Dau al Set. YBrotates un exponente singular de este movimiento. A pesar de haber ensayado la abstracción,Brotatopta por un figurativismo aparentemente ingenuo, pero al mismo tiempo conmocionador. Introspectivo, poético, angustiado,Brotatpinta rostros pálidos y severos, y gestualidades estáticas de un esquematismo primitivista que nos remite al románico. Ahora bien,Brotat consigue dotarlos de una fuerza mágica y misteriosa por medio de los escenarios minuciosamente trabajados de símbolos y trazos, de los contrastes entre los colores y de la deliberada transgresión de las proporciones, con el fin de enfatizar personajes y sentimientos. Las miradas de apariencia inexpresiva nos hablan de pulsiones profundas.

Y lo que quizá podría parecer solo un juego se va volviendo con el paso de los años una meditación descarnada, una obra hecha de desasosiego, desolada, aterradora de caras sin ojos o de figuras rígidas, encartonadas.Mitraninos recuerda queBrotatintervino en la guerra civil como integrante de la quinta del biberón y que fue recluido en un campo de concentración.Brotat era un hombre herido y refugiado dentro de sí mismo. Nos habla de ello su pintura fascinante.