EL PARTIDO DEL AÑO

La final del Mundial, el final de una época

El Argentina-Francia se resume en el duelo Messi-Mbappé, el rey del fútbol y el aspirante a sucederle en el trono

Lionel Messi sonríe en el último entrenamiento de Argentina previo a la final. / CARL RECINE

Joan Domènech

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Con una estrella en el campo y dos cosidas en el pecho parten hoy Argentina y Francia en busca de la tercera, que a las 16 horas estará reluciente en el pedestal, en forma de trofeo dorado que presenta dos figuras humanas que sostienen el globo terráqueo. En la base salen los nombres de todos los campeones: tres veces el de Alemania (el primer país que conquistó el trofeo diseñado en 1974 por el escultor italiano Silvio Gazzaniga) y dos el de Argentina (1978 y 1986) y dos el de Francia (1998 y 2018).

Kylian Mbappé ya sabe que la copa mide 36,8 centímetros y pesa 6,1 kilos. Lionel Messi no la ha tenido aún en su manos y dispone de la última oportunidad para asirla y besarla. La vio de cerca en 2014. El rey del fútbol, sin embargo, es el aspirante que desafía al campeón en una tarde en la que se dirime el trasvase de poderes. Messi, a los 35 años, se despide de la selección con o sin trofeo. Mbappé, a los 23 puede ser el segundo bicampeón más joven de la historia después de Pelé.

“Solo es un partido de fútbol, pero es la final del Mundial”. El difícil equilibrio entre la imprescindible frialdad para no perder los nervios antes de perder el partido y la absoluta pasión con que se entrega la vida para ganar el trofeo más preciado del planeta. Era la reflexión que compartía Emiliano Dibu Martínez, el portero de Argentina, el futbolista que está más solo en el terreno de juego y el que se ve más acompañado por los miles de personas que se agolpan detrás de su marco.

Mbappé, en una jugada de ataque de Francia en la semifinal del Mundial ante Marruecos. / Dpa

Argentina ha convertido la final en el acontecimiento más importante de la historia. No es de extrañar por la carestía de éxitos, apenas paliada por la Copa América de 2021, y por la pasión que siente por el fútbol. "Estoy en el lugar que cualquier argentino querría estar y muy orgulloso y entusiasmado por el momento que estamos viviendo", dijo Lionel Scaloni, que se declara de los convencidos que aquellos que están predispuestos a disfrutar "hacen mejor su trabajo".

Francia comparece con la serenidad del vigente campeón y la seriedad que desprendía Didier Deschamps, algo enfadado por dos cuestiones: la afectación del llamado 'virus del camello', una suerte de gripe sin consecuencias porque toda la plantilla salió a entrenarse ayer, y el posible regreso de Karim Benzema para participar en las hipotéticas celebraciones. El capitán del Madrid abandonó la concentración el día antes de la inauguración por una lesión muscular de la que se ha recuperado. "Tenemos un grupo de 24 jugadores que es el que está aquí, no me preocupan las invitaciones de jugadores anteriores, quién está o no", respondió.

"¿Benzema? Tenemos un grupo de 24 jugadores que es el que está aquí, no me preocupan las invitaciones de jugadores anteriores, quién está o no"

Didier Deschamps

— Seleccionador de Francia

Didier Deschamps dirige un entrenamiento de la selección francesa | EFE / ..

Deschamps y Scaloni quisieron orillar el papel que puedan desempeñar Messi y Mbappé, los líderes emblemáticos, compañeros en el PSG. "El partido es entre Argentina y Francia. Aparte de Messi y Mbappé, los dos equipos tenemos jugadores de sobra que pueden decidir el partido", afirmó el técnico argentino que es, sin embargo, el que más depende de su jugador. Algo que nadie niega ni disimula.

Martínez, de 30 años, habló en nombre Argentina en lugar del capitán. Pese a la solemnidad de la cita. Y el motivo reside, simplemente en las cábalas -en la acepción de la superstición, no de la conjetura- que hacen en la selección. Martínez compareció en las dos ruedas de prensa previas a las dos únicas finales que ha ganado Argentina: la de la Copa América en Maracaná y la Finalísima frente a Italia en Wembley. Hugo Lloris, el otro portero finalista, fue el representante, pero por la única razón de que ha salido siempre antes de cada partido.

"Era muy difícil superar al Messi de la Copa América y lo veo mejor futbolística y físicamente. Tener al mejor con estas ganas y esta alegría nos da mucha energía

Dibu Martínez

— Portero de Argentina

Dibu Martínez, el portero de la selección argentina, en la semifinal ante Croacia. / Afp

La victoria, en cualquier caso, tuvo más que ver con cuestiones más terrenales y humanas. Sobre todo, futbolísticas. Lo reconoció el propio Martínez. "Nos gusta que digan que el otro equipo es un poco más favorito, pero no nos sentimos inferiores a nadie. Ni mejores. Yo siempre digo que el mejor está con nosotros", aseguró con vencido el meta. "Era muy difícil superar al Messi de la Copa América y lo veo mejor futbolística y físicamente. Tener al mejor con estas ganas y esta alegría nos da mucha energía".

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Scaloni abraza a Messi tras el Argentina-Holanda de cuartos de final. / .

Messi, sobra decirlo, es el motor que ha arrastrado a Argentina, hasta el punto de movilizar a miles de aficionados que están viajando a Doha sin entrada. "Nos sentimos locales al entrar en cada cancha, es como jugar en Argentina y esa es la gran ventaja que nos ha permitido rehacernos de la derrota contra Arabia". De la derrota más vergonzosa a la victoria más gloriosa sueña Argentina. Francia vive de realidades: la copa es suya y quiere retenerla.

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