No hubo sorpresas en Monza, donde las largas rectas que caracterizan el circuito no favorecieron la competitividad de los coches McLaren-Honda, que terminó con sus dos pilotos fuera de los puntos. Jenson Button finalizó en el duodécimo puesto, mientras que Fernando Alonso se tuvo que conformar con el decimocuarto. Y eso que su equipo le animó a apretar para alcanzar a Grosjean a pocas vueltas del final, algo a lo que el asturiano solo pudo responder con una sonora carcajada.

La FOM volvió a elegir al español para pinchar una de sus conversaciones de equipo, que dejaría una de las anécdotas de este Gran Premio de ItaliaGran Premio de Italia. A 10 vueltas para el final, Mark Temple, el ingeniero de pista de McLaren, arengó de manera sorprendente a Alonso, animándole a forzar para intentar dar caza al coche del suizo, que presentaba problemas en los neumáticos. Alonso no pudo evitar la carcajada, recogida por la grabación, ante lo que a todas luces era un reto imposible por las limitaciones de su bólido y la potencia del Haas de Grosjean. 

VUELTA RÁPIDA 3 AÑOS DESPUÉS

Temple no volvió a comunicarse con Alonso excepto para mandarle a su última parada en boxes, a tres vueltas del final, donde cambió a neumáticos superblandos. "Teníamos ruedas nuevas al final para las últimas dos vueltas y es una estadística que sube. Al menos es una buena noticia...", explicaba un Alonso que gracias a esta estrategia completó la vuelta 53 en 1:25.340, marcando la vuelta rápida de la carrera tres años después de la última que consiguió en el Gran Premio de Abu Dabi del 2013.