Jorge Lorenzo (Palma de Mallorca, 4 de mayo 1987) lo tuvo claro, dicen, desde el primer día. Al sentirse despreciado por Yamaha, que dio prioridad absoluta a la renovación de su icono, de su ídolo, del veterano italiano Valentino Rossi antes que mantener en su equipo al joven que les ha convertido en tricampeones del mundo en los últimos años, el piloto mallorquín, que pidió renovar antes de que arrancase el Mundial, decidió abrazar la fabulosa oferta (‘La Gazzetta dello Sport’ hablaba ayer de 25 millones de euros por dos temporadas) que le ofreció de inmediato la factoría Ducati que, no olvidemos, es, desde hace un par de años propiedad del imperio Audi y, encima, tiene al principal y más grande patrocinador del Mundial de motociclismo e, incluso, del mundo del motor, la compañía de tabaco Phillip Morris (Marlboro). Lorenzo acaba de comunicar que correrá en Ducati las temporadas 2017 y 2018.
LOS COMUNICADOS DE YAMAHA Y DUCATI
La primera noticia, el primer comunicado, fue de Yamaha, quien, a las 16.03 horas de este lunes ha anunciado que Lorenzo no seguirá con ellos la próxima temporada. En ese comunicado, muy escueto -nada que ver con el amplio comunicado hecho público el sábado del Gran Premio de Catar cuando dio a conocer la renovación por dos años de Valentino Rossi (2017 y 2018)- Yamaha agradece a Lorenzo todo lo que ha hecho por ellos (tres títulos mundiales en 2010, 2012 y 2015, 41 victorias y 99 podios en 141 grandes premios), le asegura que “continuaremos apoyándole para que pueda ganar este año su cuarto título mundial de MotoGP”, además de desearle toda la suerte del mundo en su próximo equipo. Yamaha también dice que próximamente dará a conocer el nombre de su segundo piloto para las próximas temporadas.
El tricampeón se une a la marca italiana hasta el 2018 aceptando una fabulosa oferta cercana a los 25 millones de euros
Nueve minutos después (16.18 horas), apareció el comunicado de Ducati Corse, el departamento de competición de la firma italiana, en el que, muy escuetamente, anunciaba haber llegado a un acuerdo por las dos próximas temporadas (2017 y 2018), para contratar como piloto oficial de MotoGP al mallorquín Jorge Lorenzo, tricampeón del mundo de la categoría ‘reina’.
De momento, nada se sabe si Lorenzo dirá alguna cosa antes de llegar a Jerez, donde este fin de semana se celebrará el Gran Premio de España, cuarta cita de la temporada. Todo parece indicar que el tricampeón mallorquín dará a conocer su opinión este jueves en la conferencia de prensa oficial de la primera carrera española, donde también está invitado el británico Lin Jarvis, jefe del equipo Movistar-Yamaha, que acaba de perder, cara a las dos próximas temporadas, a su mejor piloto.
La nueva parrilla del 2017
Lo que muchos convirtieron en realidad hace unos días empieza a estar en cuarentena en estos momentos, máxime después de que Viñales haya cambiado de manager abandonando al finlandés Aki Ajo y poniéndose en manos del abogado catalán Paco Sánchez, quien ya acudió en su ayuda hace un par de años.
LORENZO SÍ TIENE ‘PELOTAS’
Quienes conocen bien al tricampeón mallorquín, en estos momentos segundo del Mundial de MotoGP a 21 puntos del catalán Marc Márquez (Honda), aseguran que no ha sido el dinero lo que le ha empujado a cambiar de aires sino el reto de ver si es capaz de ganar con otra moto, comprobar si puede derrotar a Rossi con otra montura y, sobre todo, saber si puede lograr lo que no consiguió el ‘Doctor’ en las dos temporadas que piloto para la fábrica de Borgo Panigale (2011 y 2012) cuando solo se subió al podio en tres ocasiones a lo largo de dos temporadas enteras, consiguiendo solo dos segundos puestos y un tercer lugar. Hay que recordar que en Doha (Catar), un día antes de que diese comienzo el Mundial, Rossi dijo que Lorenzo no tendría “pelotas” de cambiar de moto cara al 2017. Ese reto, unido a propinar una soberana bofetada al británico Lin Jarvis, jefe del ‘team’ Movistar-Yamaha, que le fichó para el equipo de la firma de los diapasones, parece ser la razón por la que el mallorquín abandona la moto que le ha convertido en tricampeón y uno de los mejores pilotos de las últimas décadas.
UN ‘MAGNÍFICO’ PARA UNA GRAN MOTO
Hay que tener en cuenta que Ducati, poseedora ya de una moto muy competitiva y casi ganadora, lleva varios grandes premios merodeando alrededor del podio y, muy especialmente, rozando la victoria en manos de su pareja italiana, ‘los Andrea’, pues tanto el veterano Dovizioso como el joven y aguerrido Iannone, han estado siempre entre los cinco mejores de cada gran premio. La firma italiana, que ganó el título mundial de la categoría ‘reina’ en 2007, gracias al coraje, agresividad y velocidad del australiano Casey Stoner, ahora piloto probador de Borgo Panigale, está ya necesitada de contar con uno de los cuatro ‘magníficos’ para aspirar, la próxima temporada, a conquistar el título de MotoGP. La excelente relación, nacida en el bicampeonato de 250cc que ganó Lorenzo con Aprilia (2006 y 2007), entre el ingeniero italiano Gigi Dall’Igna, creador de la nueva ‘Desmosedici GP16’, y Lorenzo también ha contribuido a que el mallorquín aceptase el reto de Ducati.