Biodiversidad

El Parlamento Europeo aprueba 'in extremis' su ley de restauración de la naturaleza

La Eurocámara debe negociar ahora el texto final con los representantes del Consejo

Claves para entender la polémica ley de restauración de la naturaleza de la UE

Banderas europeas con la de la UE en primer término, ante el parlamento de Estrasburgo. / Reuters

Valentina Raffio

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El Parlamento europeo acaba de dar el visto bueno a la ley de restauración de la naturaleza. Hacía meses que la normativa protagonizaba un acalorado debate entre socialistas y verdes, por un lado, y conservadores, por el otro. Pero este miércoles, tras un tenso debate y una aún más tensa votación, el nuevo marco legal ha salido adelante con 336 votos a favor y 300 en contra. La Eurocámara también ha rechazado el veto de los partidos conservadores a esta normativa. "Esta ley es buena incluso para los que han votado en contra. Hay que agradecer a los científicos y a los jóvenes porque son quienes nos han convencido de la necesidad de esta ley y lo han conseguido", ha declarado el eurodiputado César Luena, tras la aprobación de la nueva ley.

El texto aprobado fija la posición del Parlamento, que ahora tendrá que negociar con los representantes del Consejo (es decir, de los gobiernos de los Veintisiete) el texto final. La nueva norma arranca con un ambicioso objetivo: proteger y restaurar al menos el 20% del suelo terrestre y marino degradado de la Unión Europea para 2030. Detrás de esta cifra se esconde un reto mayúsculo. En estos momentos se estima que el 80% de los hábitats naturales europeos están en mal estado y al menos el 70% de los suelos están degradados. Europa, además, está perdiendo biodiversidad a un ritmo alarmante. El avance de la crisis climática, el calentamiento global y, en general, la huella humana está provocando un declive sin precedentes tanto en la variedad de animales y plantas como en el número mismo de ejemplares de diferentes especies. De seguir así, según advierten los expertos, la situación podría empeorar aún más en las próximas décadas hasta alcanzar un punto de 'no retorno'.

El objetivo de la nueva ley de restauración de la naturaleza es, a grandes rasgos, revertir este lúgubre panorama y conseguir unos ecosistemas más sanos y prósperos a lo largo de la próxima década. La normativa ha sido impulsada por la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen y forma parte de la estrategia comunitaria para proteger la biodiversidad de cara al horizonte 2030 y, en general, de la visión del ya conocido Pacto verde europeo.

Tanto el diseño como la tramitación del nuevo marco legal ha levantado ampollas entre el partidpo popular europeo y y la extrema derecha europea, quienes han afirmado que la nueva ley "dejará tierras sin cultivar", supondrá una "amenaza para la seguridad alimentaria europea" y, en general, pondrá en riesgo al sector primario europeo. Los impulsores de esta iniciativa, por su parte, han tachado muchos de estos argumentos de bulos y han reclamado hacer una apuesta firme por dejar un buen "legado" a las generaciones venideras

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Estos son las principales medidas que contempla la nueva ley de restauración de la naturaleza aprobada este miércoles por el Parlamento europeo de Estrasburgo.

El primer punto que contempla esta ley es la restauración y mejora de los ecosistemas naturales. Para ello se propone un plan para "mejorar y restablecer" al menos el 20% de la superficie terrestre y marina europea que ahora se considera como degradada para 2030, llegar al 60% para 2040 y al 90% para 2050. La prioridad serán aquellos hábitats "ricos en biodiversidad" donde se pueda lograr una recuperación de las especies de flora y fauna especialmente amenazadas mediante la mejora de los ecosistemas en los que habitan.

Uno de los principales objetivos de esta ley (y el punto que más debate ha generado) ha sido la protección de los hábitats marinos. La ley propone, por un lado, recuperar ecosistemas marinos como las praderas y los fondos de sedimento  y, por otro lado, restaurar los hábitats de especies autóctonas como los delfines, las marsoplas, los tiburones y las aves marinas. Muchas de estas medidas han sido puestas en tela de juicio por el sector pesquero, dadas las implicaciones que tiene sobre su actividad.

El otro de los ecosistemas más importantes en los que se enfoca esta ley son los forestales. En este caso, el objetivo es mejorar la "conectividad forestal", la abundancia de aves y las reservas de carbono orgánico en los bosques europeos. También se proponen medidas para mejorar la gestión de la madera en estos entornos y favorecer la convivencia de ecosistemas de diferentes edades.

La normativa también reclama actuar sobre los suelos degradados por la agricultura. En este caso, se propone restaurar el 30% de las turberas drenadas por los cultivos para 2030 y llegar al 70% para 2050. Además, también se aplicarán medidas para aumentar el número de mariposas y demás insectos en los pastizales, así como para aumentar la presencia de aves en tierras agrícolas.

La ley también prohíbe 'recortar' espacio verde urbano durante la próxima década. Por el contrario, propone aumentar al menos el 3% la presencia de vegetación en las ciudades para 2040 y llegar a un 5% adicional para 2050. El objetivo es que para entonces haya al menos un 10% de la superficie de las ciudades recubierta por árboles. Esto no solo implicará plantar más especies a pie de calle sino que, tal y como destaca la iniciativa, también habrá que ganar espacio verde urbano en edificios e infraestructuras ya existentes.

Otro de los grande objetivos de esta ley es revertir el declive de los insectos en Europa. Para ello se proponen medidas específicas para conservar los hábitats de abejas, mariposas, abejorros, sírfidos y otras poblaciones de polinizadores para 2030. También se propone despeglar un programa de seguimiento para evaluar la recuperación de estas especies clave tanto para los ecosistemas naturales como para muchas actividades humanas como, por ejemplo, la agricultura.

La nueva ley de la restauración de la naturaleza no solo plantea ambiciosos objetivos para restaurar los espacios naturales sino que, además, reclama a los países que puedan "rendir cuentas" de sus progresos en la aplicación de todas las medidas acordadas. Para ello se propone, por un lado, que los países adquieran el compromiso de "contribuir de forma justa" al despliegue de esta iniciativa y, por el otro, se plantea la creación de un mecanismo de control para evaluar los progresos en esta materia.

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