INFORME DE CARACTERIZACIÓN DEL TERRENO

Ercros esconde otra montaña tóxica en su fábrica de Flix

El subsuelo muestra altísimos niveles de metales pesados y compuestos organoclorados

En algunas zonas hay riesgo cancerígeno por exposiciones que superen los 25 minutos

Panorámica de la factoría de Ercros en Flix observada desde la otra orilla del embalse. / JOAN REVILLAS

La huella de la empresa Ercros en Flix es alargada y no se proyectó solo sobre el embalse, donde se acumularon 700.000 toneladas de residuos contaminantes procedentes de su actividad industrial: en el suelo donde durante más de un siglo ha operado esta factoría química yace otro polvorín tóxico cuyos efectos, pese a estar enterrado, emergen silenciosos a la superficie. Los diversos informes de caracterización encargados por la propia empresa desde el año 2005 hasta la actualidad detectan zonas por donde una persona no podría transitar durante más de 25 minutos sin ningún riesgo de efectos cancerígenos o sistémicos.

La contaminación ha penetrado  hasta 12 metros y afecta a las aguas subterráneas

Hasta profundidades que alcanzan los 12 metros y afectando a los acuíferos, algunos suelos del enorme complejo industrial presentan valores descarriados de decenas de metales pesados como mercurio y compuestos orgánicos clorados como hexaclorobenceno, percloroetileno, pentaclorobenceno o tetraclorobenceno, entre muchos otros.

La Generalitat evalúa los terrenos  para determinar cuáles declara suelo contaminado

Con los ojos puestos en la limpieza del embalse, detenida el año pasado sin concluir y con la cúpula de la empresa estatal Acuamed, encargada de los trabajos, descabezada a raíz de la investigación judicial abierta por presunto fraude, la mirada de la sospecha se amplía con los informes de caracterización del suelo industrial donde aún opera Ercros. La Agència de Residus de Catalunya (ARC) admite como “aceptables”, bajo la consideración de que se trata de un terreno industrial, los riesgos limitados en el tiempo que suponen los valores detectados en el grueso de las parcelas analizadas -un tercio de las 50 hectáreas de superficie aproximadamente susceptibles de contaminación-, y tan solo ha declarado hasta el momento dos hectáreas como contaminadas, en las parcelas llamadas  Depósito y Aubal. Solo sobre esa zona la empresa está obligada a día de hoy a actuar siguiendo un “plan de remediación” que acabará en el 2022.

Con ese peligroso legado en el suelo, Ercros ha anunciado ya el cierre de su producción de cloro y a finales del 2017 la actividad en el complejo químico quedará relegada a la línea de fosfato bicálcico que explota una multinacional francesa y ocupa apenas entre un 10% y un 15% de superficie. Flix teme que esa herencia envenenada quede perenne. Si no hay declaración de suelos contaminados, los contaminantes permanecen y quien contamina podría irse también esta vez sin pagar por descontaminar.Aun así, Tost puntualiza que "los trabajos de caracterización se cerrarán a finales de año". "Cuando tengamos todos los estudios e informes -insiste-, replantearemos la situación global y determinaremos conclusiones".En zonas como el llamado almacén exterior, el tiempo máximo que una persona podría estar expuesta a la inhalación de volátiles procedentes del subsuelo en el interior de la nave es de 25 minutos diarios. La ARC marca ese valor como “exposición máxima aceptable”, pero no ha emitido ahí una declaración de suelo contaminado. “Los criterios se aplican bajo los parámetros de un uso industrial, que no es el mismo que si hubiera una presencia humana constante, y lo que garantizamos es el tiempo en que se puede trabajar en la zona sin que haya riesgo para los trabajadores”, aduce el director de la agencia, Josep Maria Tost.

"Se están tomando decisiones parciales precipitadas sin conocer la magnitud real de la contaminación y bajo el criterio de considerar la situación actual, pero nadie garantiza que ese sea el escenario a largo o incluso a corto plazo”, advierte Marta Pujadas, doctora en Ciencia y Tecnología Ambientales e investigadora de la UAB, tras analizar los expedientes. "El análisis de riesgos es una metodología muy compleja y que permite obtener resultados diferentes según los parámetros introducidos. Hacen falta unos buenos estudios con expertos independientes no pagados por la empresa" añade.

“No es admisible que Ercros pueda irse dejando esos pasivos ambientales, la Administración debe actuar”, reclama la diputada de ICV Hortènsia Grau. Desde el pasado 21 de abril, ella y otros cinco portavoces del conjunto de formaciones políticas tienen solicitada la comparecencia de Tost en el Parlament.

Contaminantes para todos los gustos

La variedad de producción de Ercros a lo largo de un siglo se evidencia en el suelo. En las muestras de agua subterránea del almacén exterior hay mercurio (68 partes por billón o ppb, cuando el límite considerado está en 1,5) y un conjunto de hidrocarburos orgánicos volátiles y clorobencenos que multiplican por centenares, y algunos por miles, los parámetros que marca la legislación. En misma parcela se detecta producto libre compuesto por hexaclorobutadieno en una concentración de más de 270.000 partes por millón o ppm o hexaclorobenceno en más de 20.000 ppm, entre otros. En la nave de pyraleno, donde se habían fabricado los PCB, estaría prohibido cualquier movimiento de tierras. Junto a esa zona y cerca de donde se fabricó DDT, se encuentra la nave de acopios que tuvo que construir Acuamed para efectuar trabajos de descontaminación. Se armó con medidas adicionales para los trabajadores. El estudio preliminar había determinado como no aceptable el riesgo asumible en la construcción de esa nave por inhalación de PCB, DDT y cobalto. 

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