De gran capacidad cicatrizante, el áloe vera posee propiedades regeneradoras muy potentes. Entre sus múltiples beneficios frena la aparición de las arrugas y el irreversible deterioro de la dermis, a la que confiere hidratación, suavidad y ayuda a reparar la piel dañada.
El gel de esta planta, que se extrae de la pulpa de las hojas, se utiliza para todo tipo de piel y se puede aplicar en cualquier zona del rostro y el cuerpo. Para que actúe de forma eficaz, es aconsejable realizar pequeños masajes circulares y enérgicos.