El albaricoque, el fruto del albaricoquero originario de Asia, se caracteriza por ser una de las frutas estivales más ricas en vitamina A (betacarotenos) y C (antioxidantes que actúan contra las toxinas causantes del envejecimiento).
El albaricoque, que fue introducido por los romanos en Europa, destaca por su alto contenido de potasio, un mineral que regula los líquidos del cuerpo y la hipertensión. Las propiedades diuréticas de este manjar pueden ayudar a combatir también las bolsas de los ojos.
Comer cuatro o cinco albaricoques por la mañana ayuda a drenar los líquidos y tóxicos retenidos.